El líder del PP, Pablo Casado, y el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, a quienes se acostumbra identificar como dos versiones o dos notas diferenciadas de la misma formación, se univeron en Pontevedra para elogiar la gestión y la figura del candidato del PPdeG a la reelección en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en cuya victoria los populares confían para volver a catapultar al partido en toda España.
Lo admitió Casado en una de las ubicaciones más emblemáticas para los populares gallegos, la plaza de toros de Pontevedra, en la que, lejos de los multitudinarios eventos del PP que acogió en otras ocasiones, solo se pudieron reunir, debido a la crisis sanitaria, unos 350 militantes y simpatizantes del partido. Alrededor de unos 1.400 espectadores se sumaron por el canal de Youtube a un acto que el propio Feijóo identificó con un “homenaje” a los fallecidos por la pandemia.
Pero más allá de la escenografía, los elogios al presidente gallego, que aspira a lograr en las urnas una cuarta mayoría absoluta consecutiva con la que igualaría la marca de Manuel Fraga, lo que reforzaría aún más su “baronía” en el partido, marcaron un acto en el que Rajoy proclamó que Feijóo ha dado una lección de “serenidad, tranquilidad y hacer las cosas bien” ante la pandemia.
De él dijo también Rajoy que siempre apuesta por “unir” y no por “dividir”, por lo que aseguró que los gallegos tendrán que elegir entre un presidente “razonable, capaz, eficaz e integrador que representa a la gran mayoría de los gallegos” o el bipartito “de unos tiempos para olvidar”, en alusión al Gobierno de PSdeG y BNG que dirigió Galicia entre 2005 y 2009, pero “multiplicado” con más partidos de la izquierda. Tampoco Casado escatimó en buenas palabras para el dirigente, cuya “anticipación” y gestión “acertada” en la pandemia contrapuso con la del Ejecutivo central. Todo ello, añadió, pese a las “zancadillas” del Gobierno de Sánchez.
Feijóo se “dejó querer” y aprovechó para incidir en su mensaje de “centro”, y de priorizar Galicia por delante de las siglas de su partido. Así, rechazó importar a Galicia la “fragmentación de bloques” que observa en España y defendió el “sentidiño” y la “moderación” de su gestión. “Esto no es simplemente una cuestión de partidos, de siglas ni de logotipos. Esto es una cuestión de prioridades y, para mí, la prioridad es Galicia, Galicia, Galicia”, dijo.