El juicio contra la secretaria general del PSOE ferrolano, Beatriz Sestayo, por presuntas injurias al exjuez titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer, Alfredo Vázquez, se celebró durante la mañana de ayer tras acumular varios retrasos. Pese a que inicialmente se creía que la vista sería pospuesta por la ausencia de dos de los tres testigos admitidos a la defensa –una de las mujeres se encontraba en una sesión de diálisis y la otra estaba embarazada–, la jueza instructora del caso decidió continuar con la sesión al aceptar la idea de la Fiscalía de que no aportarían más argumentos que los de la que sí estaba presente y que sus circunstancias personales hacían difícil fijar una nueva fecha.
Así, pasadas las once de la mañana, arrancó el juicio con la declaración de Sestayo. El fiscal comenzó su cuestionamiento de la encausada preguntando sobre la relación que mantenía con el denunciante, si lo conocía tanto personal como profesionalmente. La abogada y exedil relató entonces las múltiples quejas recibidas del juez en los diferentes cargos que ostentaba por aquel entonces, además de su propia experiencia como usuaria de dicho Juzgado en un procedimiento rápido de violencia machista.
Seguidamente, el fiscal centró sus preguntas en la plataforma en la que se vertieron las acusaciones de machismo, Facebook, donde la actual gerente de SEA cuenta con más de 3.000 seguidores –este era un punto fundamental en el argumetario del fiscal–. En este sentido, la acusación incidió en la experiencia personal de Sestayo con el juez –la socialista había relatado cómo, durante su juicio, el magistrado había desdeñado una serie de 72 mensajes de texto vejatorios de su ex-pareja– y la coincidencia en el tiempo de dicha acusación con la mencionada vista –además de puntualizar que la solicitud de sobreseimiento de dicho proceso partió de la fiscal, dato omitido en las redes sociales–.
Tras la declaración de Sestayo llegó el turno del juez denunciante. En esta ocasión las preguntas del fiscal fueron más breves, centradas en si conocía a la acusada, su relación con la misma y cómo se enteró de los mensajes de Facebook. El mayor momento de la tensión llegó, no obstante, en el momento en el que la defensa cuestionó al magistrado acerca de su conocimiento de las críticas recibidas, que recibió respuestas en un tono desafiante. Por último, la testigo de la defensa relató su experiencia con el juez y apenas fue cuestionada por defensa o Fiscalía.
Finalmente, ambos letrados cerraron el juicio concluyendo que se trataba de una cuestión de límites jurídicos y que se juzga el contenido de los mensajes y no al juez –el fiscal–, y de libertad de expresión y derecho a crítica –la defensa–, quedando así visto para sentencia.