El personal del Centro de Educación Infantil y Primaria Isidro Parga Pondal de Santa Cruz exige que se incremente la vigilancia en el entorno después de que se registrase una oleada de actos vandálicos en el parking.
Unos hechos que han provocado que una docente se encuentre de baja laboral después de que en el plazo de menos de una semana las ruedas de su vehículo particular apareciesen pinchadas en dos ocasiones.
La directora del centro, María Dolores Silva, afirma que los ataques contra los coches ya comenzaron el curso anterior.
“El año pasado se registraron 20 incidentes, la mayor parte de ellos en el estacionamiento que el colegio comparte con el pabellón de deportes. Pero también se registraron pinchazos en la rúa do Saber. Nos pusimos en contacto con la Policía Local que inició una investigación”, dice.
La responsable del Parga Pondal asegura que los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia para el que, por motivos obvios, se solicitó discreción a la comunidad escolar.
Sin embargo, la labor policial no dio los resultados esperados y tras varios meses de investigación y vigilancia, según Silva, los agentes municipales decidieron dar por concluido el dispositivo sin dar con el o los responsables de los destrozos, ejecutados siempre con clavos de significativas dimensiones.
Accidente de tráfico
La directora asegura además que, una vez finalizada la época de vacaciones y con el comienzo del presente curso escolar, volvieron a registrarse más episodios de vandalismo.
“En septiembre hubo un accidente de tráfico y volvimos a solicitar la ayuda de la Policía Local. Sin embargo, se nos dijo que carecían de efectivos para poner a un agente a vigilar durante todo el tiempo el estacionamiento”, añade Silva, que solicita al menos la instalación de cámaras que sirvan para que los responsables de estos actos se lo piensen antes de volver a repetirlos.
El último ataque tuvo lugar este pasado lunes, día 1. Se trata del vehículo particular de una profesora del centro educativo que se encuentra de baja.
“Solicitó la baja por el estrés que le supone viajar con dos niñas pequeñas. Teniendo, además, en cuenta que todavía transportaba, sin reparar, la rueda que le pincharon hacia menos de una semana”, apostilla la responsable del centro educativo.
Silva cree que no se dan más casos porque en los exteriores del recinto se celebran diariamente múltiples actividades lo que, obviamente, disuade a los posibles vándalos.