El primer ministro británico, el conservador, Boris Johnson, puso hoy en “pausa” el proceso de ratificación del acuerdo del Brexit, al no haber sido aceptado el procedimiento de urgencia por el que quería tramitarlo.
Johnson afirmó que esperará a que la Unión Europea (UE) decida si establece una extensión del plazo de salida del bloque más allá del 31 de octubre para determinar si reactiva la tramitación de la ley que implementará el acuerdo. La Cámara de los Comunes dio ayer su visto bueno preliminar al pacto al que llegaron Londres y Bruselas por una cómoda diferencia de 30 votos (329 frente a 299).
Rechazó, sin embargo, acelerar los plazos para que el texto recibiera el visto bueno definitivo de la cámara baja en tan solo tres días, como quería el “premier”.
Un nuevo retraso
Ese calendario era el único con el que Johnson pensaba que podía sacar al Reino Unido de la UE a finales de este mes, sin necesidad de retrasar una vez más la fecha de salida.
El mandatario conservador se declaró “decepcionado porque la cámara haya votado otra vez por un retraso, en lugar de aceptar un calendario que habría permitido salir con un acuerdo el día 31”.
Johnson se vio forzado por los diputados a pedir esta semana una prórroga a Bruselas, aunque los líderes comunitarios todavía no han emitido una respuesta a su solicitud.
Ante esa situación, aseguró que mantendrá en marcha los preparativos para un eventual Brexit no negociado la próxima semana, si bien insistió en que sus planes pasan por abandonar la UE en base a los términos que ayer respaldó el Parlamento.
“Hace tan solo unas semanas, prácticamente nadie creía que podríamos reabrir el acuerdo y nadie pensaba que podríamos lograr la aprobación de esta cámara para un nuevo pacto”, dijo.
“No deberíamos pasar por alto la importancia de este momento”, recalcó el primer ministro.
Por su parte, el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, se ofreció ayer a trabajar con el Gobierno para acordar lo que denominó como “un calendario razonable” para que se tramite la ley sobre el acuerdo de retirada de la Unión Europea (UE).
Corbyn hizo esta propuesta en una comparecencia ante el Parlamento británico, después de que los diputados rechazaran el procedimiento de urgencia que quería sacar adelante el primer ministro, el conservador Boris Johnson, para tramitar en tan solo tres días la ley que ratifica el tratado pactado entre Londres y Bruselas.
Varadkar celebra la luz verde
Por su parte, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, celebró que el visto bueno al acuerdo del Brexit en su trámite inicial y dijo que está a la espera de que el Gobierno y la Unión Europea (UE) se comuniquen para hablar de una extensión de la fecha de salida.
“Es bienvenido que la Cámara de los Comunes haya votado por una clara mayoría a favor de la legislación necesaria para promulgar el acuerdo de retirada”, tuiteó Varadkar.
Añadió que ahora es momento de esperar “nuevos acontecimientos de Londres y Bruselas sobre los próximos pasos, incluido el calendario para la legislación y la necesidad de una extensión”.
Además, el Partido Nacionalista Escocés (SNP) instó a Boris Johnson, a pedir una extensión del periodo de salida a la Unión Europea (UE), como “ha sido instruido” por el Parlamento.
El líder de esa formación en la Cámara de los Comunes, Ian Blackford, calificó el rechazo de los diputados al calendario propuesto por Johnson como “otra derrota humillante para el primer ministro” y dijo que “está claro” lo que debe suceder ahora y es que este pida una prórroga del Brexit más allá del 31 de octubre.
Ignorar a los escoceses
Blackford reiteró que el “premier” debe actuar según la ley Benn, que el sábado le obligó a solicitar una prórroga de la fecha de salida hasta el 31 de enero para evitar que el Reino Unido pueda abandonar el bloque comunitario de forma no negociada.
“Esta cámara ha hablado muy claro para decirle al primer ministro que no tiene su apoyo”, declaró Blackford, quien añadió que el Gobierno “no cuenta con confianza” e “ignora la voluntad de los escoceses y del Parlamento escocés”.
“Es obvio para nosotros que, si queremos garantizar nuestros derechos como ciudadanos europeos, Escocia debe convertirse en un país independiente”, apuntó el político escocés.