Ciudadanos decidió ayer romper con Manuel Valls en el Ayuntamiento de Barcelona y constituir un grupo propio solo con sus tres concejales, después de que el ex primer ministro francés facilitara la reelección de Ada Colau como alcaldesa de la capital catalana.
La división de voto del pasado sábado, durante la constitución del Ayuntamiento, entre los seis concejales de la coalición Barcelona pel Canvi-Cs presagiaba un divorcio que ha consumado este lunes la Ejecutiva de Ciudadanos.
Poco más de un año ha durado una relación marcada por el distanciamiento del ex primer ministro francés con el posicionamiento del partido naranja sobre Vox, que no gustaba nada al aspirante apoyado por Cs en el Ayuntamiento de Barcelona, como lo ha manifestado en diversas ocasiones.
La portavoz de la formación naranja, Inés Arrimadas, explicó que la gota que colmó el vaso fue el apoyo de Valls a la investidura de Colau como alcaldesa junto a los otros dos ediles independientes de la lista Barcelona pel Canvi-Cs, el exsocialista Celestino Corbacho y Eva Perera.
“Teníamos razón: la diferencia entre Maragall (ERC) y Colau (BComú) es muy poca y ya se ha visto porque su primera decisión ha sido volver a poner el lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento”, subrayó Arrimadas.
Tras esta ruptura, el Ayuntamiento de Barcelona pasará a tener siete grupos municipales, ya que Manuel Valls, Celestino Corbacho y Eva Parera, los tres concejales independientes que votaron a favor de la investidura de Colau como alcaldesa, pueden formar un grupo propio, mientras que Mari Luz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló, los tres de Ciudadanos que votaron en blanco, pueden crear otro.
Después de conocer la decisión de Ciudadanos, Valls emitió un comunicado escueto y contenido en el que explica que está evaluando el escenario político que se abre para su plataforma tras la ruptura con Cs y que lo valorará “en el momento oportuno”.
Aprovecha el comunicado para reafirmarse en el “sí” a Ada Colau con el fin de “frustrar el acceso del independentismo” al Ayuntamiento, ya que sus tres votos, más los del PSC, eran imprescindibles para que la alcaldesa revalidara el cargo y frustrar así las opciones de Ernest Maragall (ERC), el ganador de las elecciones. Por su parte, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, restó importancia a la ruptura porque, indistintamente de la relación con la formación naranja, “Manuel Valls seguirá siendo el mismo Manuel Valls”.
Mientras, el portavoz de CatComú, Joan Mena, defendió que Ada Colau se haya convertido de nuevo en alcaldesa de Barcelona con los votos de tres concejales del grupo de Manuel Valls, y aseguró que esto no influirá en la gobernabilidad: “No tenemos ningún acuerdo con el señor Valls”.
Así, explicó que, pese a las desavenencias que mostró su partido con ERC en las últimas semanas, siguen aspirando a contar con los republicanos para pactar en la capital catalana y otras ciudades: “Para nosotros ERC siempre ha sido el socio preferente”.
Mena puntualizó que no solo los republicanos, sino que aspiran a formar gobiernos progresistas en los que también esté el PSC y también de los miembros de la CUP en varias localidades.