Silencio. Después de unos gritos, silencio. El desvanecimiento y el posterior fallecimiento de Manuel Candocia, alcalde de As Somozas y presidente de la Unión Deportiva Somozas, mientras presenciaba en Pardiñas el partido de su equipo ante el Cerceda, eclipsó todo lo que había sucedido hasta entonces.
Faltaban poco menos de diez minutos para el final del partido (sobre las 18.40 horas) cuando Candocia se derrumbó en uno de los fondos del campo de Pardiñas, concretamente a la derecha de la portería defendida por el Cerceda en la segunda parte.
Los aficionados que estaban presenciando el partido a su lado fueron, evidentemente, los primeros en darse cuenta del percance. En cambio, Diego López, portero del Cerceda, emitió el primer mensaje de alerta al núcleo de público ubicado en la grada. “¡Un médico, por favor!”, gritó asustado.
Solo los seguidores más cercanos al incidente sabían que lo había sufrido Manuel Candocia, presidente del club local y alcalde de As Somozas. Otros podrían intuirlo por su manía de presenciar los partidos en uno de los fondos, a pie de campo, lejos del espectador, próximo al juego, a su gran pasión, al fútbol.
Quienes le conocían bien sabían que esa era una de sus manías los domingos de fútbol: ver los partidos cerca de una de las porterías y apartado de la comodidad y el abrigo de las butacas de los palcos presidenciales.
Antes de empezar el partido, tomó café con José García Liñares (presidente de la Federación Gallega de Fútbol), Ángel Garrido (presidente de la Asociación de Clubes Gallegos de Fútbol) y José Antonio Silveira (presidente del Cerceda). Según los comentarios de los tres tras conocerse la tragedia, “Candocia estaba animado y contento”.
Los gritos de Diego López alarmaron a todos los jugadores que estaban sobre el campo y el primero en actuar fue Javi Rosa, lateral derecho del Somozas. “Tengo conocimientos sobre cómo proceder en esas situaciones y había que reaccionar rápido; en esos momentos solo quieres ayudar”. Junto a Marcos Bestilleiro, periodista de TeleCerceda que se encontraba en la instalación, realizó la reanimación cardiopulmonar a su presidente.
Tras un primer intento por reanimarle, Candocia recobró la consciencia. Se trataba de un angustioso espejismo. Pronunció sus últimas palabras y volvió a dormirse. En esta ocasión para siempre. Pese al empeño desesperado de Javi Rosa y Marcos Bestilleiro, Manuel Candocia no volvería a dar señales de vida.
Veinte minutos después, entre los gritos desesperados de sus familiares más cercanos, accedió una ambulancia a las instalaciones de Pardiñas. Los auxiliares sanitarios tampoco pudieron hacer nada por socorrer al emblemático alcalde. Poco después, dos médicos titulados se personaron en el lugar de los hechos para certificar el fallecimiento de Manuel Candocia.
El Somozas, único equipo de Tercera División que no cuenta con desfibriladores en sus instalaciones por petición expresa de su junta directiva, llora la muerte de la persona (para muchos un padre) que consiguió levantar un equipo de Tercera Autonómica a Tercera División. n