Las carrilanas de San Mamede vuelven a descender con humor y algo de lluvia

Valdoviño vivió ayer uno de los eventos más especiales y conocidos del municipio en la época estival, la Baixada de Carrilanas de San Mamede. Un total de 70 vehículos sin motor –el cupo máximo que permitía la organización, siendo solo tres las mujeres que participaron– realizados con diferentes materiales susceptibles de conseguir la forma perfecta para el descenso y cargados de humor, se dieron cita en la XXII edición de esta competición.
Los más pequeños fueron los primeros en testar la pista y tuvieron la suerte de tener las condiciones meteorológicas de su lado, debido al sol que lució durante toda la mañana. Un total de 42 niños y niñas de 1 a 13 años –divididos en dos categorías: infantil y correpasillos– descendieron con sus bólidos, teniendo que ser ayudados en muchas ocasiones por sus acompañantes y aplaudidos por el numeroso público que se concentraba en los alrededores.
Tras el parón para disfrutar de la sesión vermú y un buen plato de paella –6 euros la ración–, a las 16.30 horas fue el turno de la primera tanda de competidores adultos y a las 18.00 horas la segunda.
La lluvia que hizo acto de presencia por la tarde provocó que el descenso de casi un kilómetro fuese más incómodo que en las pruebas del día anterior, aunque desde Protección Civil indicaron que no hubo que lamentar ningún incidente –también estaban presentes en el lugar miembros de Cruz Rojas con ambulancias–.
Dos horas más tarde de la última salida oficial y mientras se esperaban los resultados de los ganadores de cada una de las nueve categorías, se procedió al concurso de saltos y a las nueve de la noche llegaron por fin los premios –la cita era puntuable para la Copa de España de Vehículos de Inercia–.
Cristian Marugán (Inercia Llanera Competición) alcanzó el primer puesto con 1:05.924 miutos, seguido de Alejandro Veiga (Toliños pola fabada!!!) con 1:07.15 y Roberto Rodríguez (Mtexos Team Competition) con 1:11.190 minutos. El primer premio simpatía recayó en Antonio Testa y el segundo en Ricardo Fraga. l