Una exposición revela la influencia que los artistas mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera tuvieron en el movimiento artístico pop art y repasa también los viajes que la pareja realizó a Estados Unidos en los años treinta y cuarenta del siglo pasado.
"Diego Pop, Frida Pop. Una celebración de arte y estilo" es una muestra interactiva que acerca al espectador a este nuevo estudio de la obra de los artistas a través de 150 piezas, entre fotografías, objetos, reproducciones de algunas de sus obras y proyecciones.
"En las obras encontramos que hay muchos elementos icónicos de la ciudad norteamericana que luego van a ser retomados por el pop art para plasmar lo que es su discurso ya plástico y de contenido", dijo a Efe el productor y coordinador general de la exposición, Diego López Rivera.
En esta muestra, que se expone en la galería Torre del Reloj de la Ciudad de México hasta el 7 de septiembre, se observa cómo Kahlo (1907-1954) y Rivera (1886-1957) fueron registrando elementos icónicos de la sociedad estadounidense.
Tales como su bandera, la producción industrial en cadena o la figura de Mickey Mouse, que el muralista describe en un texto prácticamente desconocido por el público.
Destaca también una representación en miniatura del mural que Rivera pintó en el Instituto de Artes de Detroit en 1932, donde aparece una imagen de la caricatura Dick Tracy, en clara consonancia con el impacto que los cómics y la cultura popular tuvieron en el arte pop, desarrollado en los años cincuenta y sesenta.
Además, una cronología de los cambios de tendencias en el mundo de la moda relaciona el impacto que los vestidos de Kahlo, que conjugaban elegancia y folclore, tuvieron en la sociedad de la época.
"En este caso es más Frida que Diego consciente del papel tan importante que cobra la moda en la expresión social, no solo en la individual", explicó el también nieto del artista.
Esta estudiada influencia de ambos artistas mexicanos en las obras del pop art se sustentan en una novedosa tesis del curador de la exposición, Juan Coronel Rivera, pues no hay ningún referente de este movimiento, como Andy Warhol o Jasper Johns, que haya citado como fuentes de inspiración a la pareja.
"Esta es una lectura de un curador que siempre se va a prestar a discusiones, a la polémica, pero hay un sustento muy serio, hay una investigación teórica e iconográfica que soporta lo que se está diciendo aquí", detalló el coordinador del proyecto.
Esta muestra, que no cuenta con obras originales, sustenta su atractivo en la interactividad de muchos de sus elementos.
"Buscamos acercar la obra de una manera distinta a lo tradicional con el espectador, acercar a las nuevas generaciones y enseñarles que el arte puede ser divertido, puedes aprender sin que haya un propósito didáctico abierto", afirmó López Rivera.
Por ello, desde fotografías de los artistas a documentos de la época se entremezclan con máscaras de la pareja que esconden proyecciones audiovisuales en su interior, un rascacielos de cartón piedra o una mesa interactiva que descubre la estrecha relación de Kahlo y Rivera con el botánico estadounidense Luther Burbank.