Un mal arranque y, sobre todo, un peor final llevaron al Racing a la derrotar en su visita al Pontevedra. Fue el cruel resultado de un partido en el que, sin embargo, el equipo ferrolano continuó dando muestras de su evolución. De hecho, durante muchos minutos se mostró superior a su rival y solo le faltó tener un poco de claridad en los últimos metros para traducir en gol sus ocasiones. Sin embargo, cuando parecía que al menos el empate estaba asegurado, un error arbitral en el tramo final del compromiso lo dejó con una derrota que, más que el qué, dolió por el cómo.
El empuje inicial del Pontevedra estuvo a punto de traducirse en el primer gol del partido a través de un remate de Portela tras un saque de esquina que tocó en el larguero dos veces antes de ser despejado. Por si fuera poco, el Racing se quedó antes de llegar a los cinco minutos sin Juan Martínez, que tuvo que ser sustituido al sentir molestias en su rodilla dañada. Pintaban bastos para el cuadro verde que, sin embargo, se fue reponiendo poco a poco y empezó a coleccionar llegadas a la portería local –la más clara, una volea de Joselu desde dentro del área– que, sin embargo, no encontraron el premio deseado.
Pasado este tramo de dominio visitante, el cuadro granate retomó el rol de dominador gracias a sus recuperaciones en el centro del campo. Fue a partir de esas acciones como el Pontevedra generó algunas situciones que casi le permiten marcar, pero a veces la buena actuación del meta visitante Sergio García y otras la falta de acierto de sus atacantes hicieron que las ocasiones a pies de Jacobo o Mario Barco no encontrasen el premio de gol. Con esta tónica de alternativas se llegó al final de la primera parte, con la sensación de que el equipo que se adelantase iba a ser el que se llevase el gato al agua.
posesión
El mayor control de la pelota llevó al Racing a erigirse en dominador de la segunda parte. La labor de Bicho, que se convirtió en el referente del juego racinguista tanto a la hora de superar rivales como de servir a sus compañeros, fue la que hizo que el cuadro granate se viese en ocasiones a merced de su adversario. Suya fue, de hecho, la mejor ocasión racinguista en esta segunda parte del partido, con un tiro desde la frontal del área que fue desviado por el meta, sin que ningún racinguista llegase al rechace.
Las alternativas, aunque con el Racing dando una sensación de mayor peligro –que dispuso de otra gran ocasión para marcar, ya entrados en el tramo definitivo del partido, a pies de Joselu–, fueron constantes. Y al final el gol llegó tras un pase interior al que Mario Barco llegó, perseguido por un Víctor Vázquez que no tuvo más remedio que hacerle falta poco antes de llegar al área –lo que provocó su expulsión–. Sin embargo el árbitro, informado por su asitente, consideró que la falta se había producido dentro del área, por lo que señaló un penalti que Bonilla se encargó de transformar para marcar el gol.
Faltaban poco menos de diez minutos para el final del tiempo reglamentario, en los que el Racing apenas tuvo ya ocasiones de recuperar el empate. El Pontevedra, mientras, jugó con el tiempo y hasta provocó una segunda expulsión del cuadro verde –Catalá vio su segunda amarilla ya en el tiempo de prolongación–, que ya no encontró la manera de acercarse a la portería rival para sumar, cuando menos, un punto del partido de Pasarón.