La dirección xeral de Patrimonio, dependiente de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta, concluyó recientemente las obras de rehabilitación del cabido del monasterio de Santa Catalina de Montefaro, en Ares. Unas obras recogidas en el plan director del monasterio (2007) que establecía la recuperación de los accesos al mismo y a la iglesia, volviendo a su configuración original.
Los trabajos, en los que se invirtieron más de 120.000 euros, permitieron la recuperación del espacio, incluido en la planimetría de 1873, como centro de interpretación del monasterio, un área ahora delimitada por un mueble expositor en el que ya se muestran piezas escultóricas y arquitectónicas que formaron parte de la construcción gótica. La muestra permite así comprender la iglesia desde su origen gótico, pasando por la reforma barroca, hasta la reforma militar de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Intervención
Se recuperaron también tanto la puerta original de la iglesia, como un hueco lateral y la ventana del coro, y se mejoraron las condiciones de accesibilidad al espacio, planteando un sistema de iluminación que representa la bóveda de crucería original.
También se llevaron a cabo los trabajos de conservación necesarios en los bienes artísticos con más valor del monasterio: las pinturas murales situadas en la cara exterior de los muros cara el claustro, el retablo en el espacio adyacente a la iglesia y las piezas escultóricas. A las pinturas murales se les aplicó un elemento de separación, mientras que el retablo fue objeto de un tratamiento preventivo antitermitas. Además se renovaron las carpinterías de la iglesia y se repararon las humedades presentes en la cubierta del coro, tal y como informaron fuentes de la Consellería de Cultura e Turismo.
Un conjunto de gran valor
El conjunto monacal de Santa Catalina de Montefaro, fundado por Fernán Pérez de Andrade en 1392 como convento franciscano, está presidido por una edificación principal con dos patios y una iglesia de la que se conserva su torre barroca y la capilla mayor presidida por un retablo también barroco. El conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y cedido desde hace varios años por el Ministerio de Defensa al Concello de Ares, consta además de otras construcciones o edificaciones de servicio. El resto fue profundamente transformado para su adaptación a las necesidades derivadas de la ocupación militar que sufrió a partir de su exclaustración en el año 1835, cuando quedó abandonado.