Vierten sospechas de que el concurso de fragatas para Canadá podría estar amañado

Vierten sospechas de que el concurso de fragatas para Canadá podría estar amañado
La compañía Irving Shipbuilders fue acusada de trato de favor a BAE Systems

El contrato para la construcción de 15 fragatas para la armada canadiense en el que está participando Navantia junto con Saab Australia parece peligrar, tal como ha advertido el diario National Post. Según el medio, las bases de adjudicación del proyecto han cambiado una vez más, lo que ha levantado sospechas de que podría estar amañado para dar la victoria a la británica Bae Systems, que incurre al concurso junto a la sección canadiense del gigante armamentístico norteamericano Lockheed Martin.
El cambio, denunciado tanto por el partido conservador canadiense como por representantes de la industria, consistiría en dar un nuevo período de gracia a las compañías que optan por el proyecto para adecuarlo más aún a los requisitos de la armada. El problema, según han señalado los diferentes observadores internacionales, es que la propuesta británica en ningún momento ha cumplido con las bases del concurso, por lo que este pequeño receso podría darle el impulso que necesita.
De acuerdo con el diario, uno de los puntos fundamentales establecidos en el proyecto es que el diseño debe basarse en buques ya existentes, en parte para evitar el sobrecoste que supone subsanar todos los problemas que aparecen en la nave una vez se realizan las pruebas de mar. La propuesta británica –una modificación de las nuevas Type 26, que jamás han sido testadas–, quedaría por lo tanto descalificada desde un primer momento.

Desde el principio
Los diferentes especialistas en defensa y relaciones internacionales no se han puesto de acuerdo sobre el origen de la presunta trampa. Hay quien acusa a Irving Shipbuilders –la compañía astillera afincada en Halifax que desarrollará los barcos– de favorecer el concurso a la naviera británica desde el principio, dado que ambas empresas han trabajado juntas en numerosas ocasiones y el proyecto presentado no debería haber sido aceptado desde un inicio. Otros acusan directamente al gobierno de Justin Trudeau, demasiado ligado a la corona inglesa y desesperado por dar una imagen de confianza tras los últimos movimientos del Brexit.
“Este es un ejemplo de como el gobierno de Canadá está desarrollando y aplicando enfoques innovadores para mejorar los resultados de un largo y complejo contrato de Defensa”, aseguró Jean-François Létourneau, consejero senior del ministerio de Servicios Públicos y Contratación. Sin embargo desde la industria no confían en la explicación gubernamental, considerando el caso como un reflejo del vivido en Australia a finales de junio. De hecho, según informa el diario, varios constructores europeos habrían desestimado meses atrás el proyecto al sospechar que BAE partiría con una clara ventaja frente al resto de competidores
En cualquiera de los casos la situación geopolítica tiene al gobierno canadiense entre la espada y la pared, por lo que cualquier interferencia en el contrato traería pingües beneficios a la nación. Decantarse por Inglaterra debilitaría su férrea posición contra Arabia Saudita, mientras que hacerlo por Europa o Australia se sentiría como una traición a ojos de su nación soberana. La mejor opción, al menos de momento, pasaría por dejar que Irving continúe el proceso y, en todo caso, que cargue con las culpas. l

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