Elementos de operaciones especiales de la Policía alemana detuvieron a otro sospechoso durante un nuevo registro en la localidad de Chemnitz mientras siguen buscando a un sirio de 22 años que es el principal sospechoso de planificar un atentado con bomba en el país.
“Nadie ha resultado herido y no ha habido disparos. Nos hemos llevado al hombre bajo custodia y en estos momentos le estamos interrogando”, explicó un portavoz de la oficina de investigaciones penales del estado de Sajonia, Tom Berhardt. “Tenemos que seguir dando por hecho que el sospechos (al que aún persigue la Policía) sigue siendo un peligro”, añadió.
sin certezas
El sospechoso llegó el año pasado a Alemania y fue reconocido formalmente como refugiado, explicó Bernhardt. Fuentes del aparato de seguridad reveló que hay pruebas que apuntan a que Albakr tenía conocimientos islámicos, “pero eso no significa automáticamente que estemos hablando del Estado Islámico. Podría ser también un caso de autorradicalización a través de internet”, apuntó Bernhardt.
Como medida de precaución los agentes pidieron a los vecinos que se mantengan en sus casas. “La zona acordonada es tan aplia que podemos casi descartar que haya peligro para la población”, explicó un portavoz de la Policía del estado de Sajonia, Tom Bernhardt.
Por el momento se desconoce el “dónde, cuándo y por qué” de la colocación de la bomba, ha añadido Bernhardt, que tampoco descarta que haya más implicados. Así, se desconoce si se trata de un incidente relacionado con el radicalismo islámico o el de extrema derecha. Tampoco se ha dado a conocer si había explosivos en el piso registrado.
xenofobia
A finales de septiembre se registraron dos explosiones de artefactos caseros en el este de Alemania, una en una mezquita y la otra en un centro de congresos sin que hubiera ninguna reivindicación. Sin embargo, se relacionó estos casos con el auge de la xenofobia e islamofobia y el surgimiento de Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA).
La entrada en Alemania de casi un millón de inmigrantes y refugiados, principalmente musulmanes, en 2015 provocó un incremento del respaldo a los grupos xenófobos y de extrema derecha. También aumentaron los ataques a centros de acogida.
Además, en julio se produjeron dos atentados menores reivindicados por el Estado Islámico en territorio alemán, concretamente en Ansbach y Wuerzburg, en los que resultaron heridas una veintena de personas en total.