357 días. Esa ha sido la “penitencia” que el Valdetires Ferrol ha tenido que cumplir en Segunda División. Casi un año en el que las pupilas de Queru han demostrado contar con un nivel superior, así como con los resultados y la actitud necesarios para regresar a la máxima categoría del fútbol sala nacional. El último examen de cara a lograr el sobresaliente en esta campaña lo vivieron ayer en el pabellón José María Cagigal ante un UCAM Murcia al que ya habían enseñado los dientes en Esteiro –las ferrolanas se impusieron 3-0–.
Sin embargo, en esta ocasión fueron las levantinas las primeras en “morder” y casi anular el buen encuentro realizado en casa por las departamentales. El conjunto murciano fue el encargado de inaugurar el marcador y comenzar a abrir una eliminatoria que las de Queru sabían que todavía tendrían que luchar mucho. Y así fue.
Pocos minutos después Ale marcó un tanto que, a la postre, sería decisivo para el retorno de la formación departamental a Primera División. Con cuatro goles de ventaja y el empate a uno en el marcador al descanso, se presumía una segunda mitad a cara de perro por parte de la formación anfitriona –las locales ya estaban con portera jugadora en la recta final del primer tiempo–. De nuevo, y nada más arrancar este último período, el UCAM Murcia avisó de sus intenciones en el primer minuto, adelantándose de nuevo. Por su parte, el Valdetires no “perdió los papeles”, abanderado por Eri, con una gran Iria y un coordinado trabajo en equipo, y siguió llevando a cabo un encuentro muy serio y salvando las llegadas de un adversario que estaba echando el resto, sin nada que perder.
Tanto intentaron las llegadas a la meta ferrolana que, mediado este tiempo, las de Murcia inquietaron al Valdetires con su tercer tanto. Sin embargo, el equipo de Queru supo resolver una eliminatoria muy trabajada para, casi un año después, celebrar, como manda la tradición con ducha y champán, su regreso a la elite nacional.