El hallazgo del cuerpo de una jubilada de O Ventorrillo en su casa de la calle de Rodrigo A. de Santiago este lunes vuelve a poner de relieve la problemática de los mayores que viven solos, sin que nadie los asista en caso de emergencia. Según parece, los vecinos llevaban desde la semana pasada sin saber nada de ella y el lunes decidieron ponerse en contacto con las autoridades. Tras llamar en repetidas ocasiones a la puerta sin recibir respuesta, solicitaron la ayuda de los bomberos, que forzaron la entrada y hallaron el cuerpo a lado de la cama. Es una escena que parece condenada a repetirse: en ocho años, el número de hogares coruñeses con ocupantes mayores de 65 años se incrementó un 31%, según los datos reunidos por el Instituto Galego de Estadística (IGE), aunque no especifica si viven solos o en compañía. Por su parte, el INE señala que el número de hogares unipersonales de personas de más de 65 años en la comunidad es de 119.000.
Los años sobre los que se han recabado información abarcan desde 2007 a diciembre de 2015, fecha del último censo reciente. Los números son elocuentes: si hace ocho años la cifra de hogares cuyos ocupantes tenían todos más de 65 años era 17.415, las últimas estadísticas señalaban 24.881. Teniendo en cuenta que el número total de hogares es de 104.593, según el último cómputo, eso significa que un 23,7% de los hogares están ocupados única y exclusivamente por ciudadanos de la Tercera Edad. La tendencia es preocupante porque el número de hogares coruñeses creció mucho menos en el mismo periodo de tiempo: en 2007 eran 94.843 y por aquel entonces, antes de que comenzara la crisis, el porcentaje de hogares coruñeses ocupados exclusivamente por jubilados llegaba hasta el 18%.
Brusco incremento
La cifra de hogares senior osciló durante estos ocho años, pero solo en el último ejercicio registrado, 2015, despegó realmente, hasta la cifra de 24.881 que registró el IGE en su último recuento oficial. En el lado positivo, estas cifras no se han visto acompañadas de un incremento en las emergencias domésticas. Las última cifra de Bomberos sobre apertura de puertas, que suele ser la intervención más habitual que implica accidentes domésticos o cadáveres en la Tercera Edad, fue de 35 casos en 2016, menos que el año pasado.
Hay que tener en cuenta que estas personas son propensas a sufrir accidentes domésticos graves, como incendios: una octogenaria murió el 20 de febrero abrasada en su casa del número 20 de la plaza del Comercio muerta. La víctima vivía sola y su cadáver se encontró en el suelo del pasillo, a medio camino entre su dormitorio y el cuarto de baño. El incendio había sido provocado por una manta eléctrica de su cama
Los bomberos tratan de inculcar la prevención en este colectivo, pero existen otros métodos para prevenir el problema antes de que se convierta en un emergencia. Por ejemplo, Cruz Roja combate el aislamiento desde hace años con programas que alimentan de ocio y compañía a los que optan por esquivar las residencias. Y es que uno de cada tres necesitan algún tipo de ayuda para desarrollar su día a día
Por eso, la entidad permite con sus proyectos que de no estar internos, los mayores puedan permanecer en su entorno habitual. En los últimos datos computados por la institución se confirma la demanda de este tipo de servicios ya que un total de 6.043 coruñeses de toda la provincia participaron en alguna de las iniciativas. La teleasistencia domiciliaria, fue demandada por 2.513 ciudadanos, de los que un 68% viven sin más compañía que la televisión ya que así se sienten menos solos. l