Examinadores de la Dirección General de Tráfico de toda España llevan desde el 24 de septiembre protagonizando paros parciales –tres horas al día– que ayer se recrudecieron a través de una jornada de huelga total que, de nuevo, Ferrolterra volvió a esquivar. Y es que, a pesar de que el conflicto entre quienes se encargan de calibrar las actitudes de los aspirantes a conductores y la DGT ha alcanzado su punto álgido, según explica José Manuel López Marín, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de A Coruña y responsable de ITTG Ferrol,  en la comarca la incidencia apenas se traduce en pequeños retrasos en las fechas de examen. 
Secuelas mínimas teniendo en cuenta que, tal y como insiste la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F), los paros han alcanzado un seguimiento del 70% –28% en números de la DGT– y que en el conjunto de España se han suspendido más de 60.000 exámenes en estas últimas semanas. 
El  motivo de esta baja repercusión radica en que ninguno de los examinadores adscritos a la Jefatura Local de Tráfico de A Coruña que periódicamente visitan la ciudad para realizar las pruebas prácticas, secundaron hasta ahora los paros parciales. Sí la huelga de ayer, en una jornada en la que ya no había exámenes programados en la ciudad. Por el contrario, los cuatro de Santiago sí mantienen una postura reivindicativa y es precisamente ahí donde se han generado pequeños desfases cuando el personal herculino ha acudido a la capital gallega a reforzar los turnos de trabajo. 
“Los funcionarios tienen derecho a  su huelga”, reconoce José Manuel López Marín quien, sin embargo, lamenta que esta afecte a un sector en el que la crisis económica se ha cebado de forma especial. “El gran perjudicado es el ciudadano, al que se le genera un daño irreparable, pero las autoescuelas tampoco podemos trabajar y eso choca directamente con nuestros derechos a tener un servicio de calidad y eficiente”, apunta el portavoz de las autoescuelas de A Coruña.
En Ferrol, los exámenes teóricos continúan realizándose con normalidad, mientras que los prácticos se mantienen con idéntica periodicidad a la habitual.