11º-18º
jueves | 18 abril | 2024
Jorge Fernández de Aránguiz, el fiscal asignado a la causa abierta por el crimen de la niña Asunta, ha elevado la calificación inicial de homicidio que pesaba sobre los padres de la víctima a asesinato, una posibilidad que había quedado abierta en función de los análisis toxicológicos.
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha informado en un comunicado oficial de que el cambio de cargo se produce "al entender que existen las agravantes de alevosía y parentesco" y este mismo órgano ha comunicado que De Aránguiz solicitó que se prorrogue un mes más el secreto de las actuaciones, una petición que el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, ha aceptado.
Las respectivas defensas, no obstante, se han opuesto dado que pedían que hubiese un alzamiento.
José Luis Gutiérrez Aranguren, el abogado que asiste a Rosario Porto, ha comentado a la prensa que se requirió a su patrocinada hoy para una nueva diligencia -un registro- en la vivienda de Teo (A Coruña), situada a escasos kilómetros de la pista forestal en la que dos viandantes localizaron el cadáver de la pequeña sobre un talud.
En esta inspección, que ha finalizado antes de las cuatro de la tarde y que ha estado "orientada a recoger algunos objetos", estuvo no solo Porto, sino el otro imputado, Alfonso Basterra, así como sus respectivos abogados.
Gutiérrez Aranguren ha contado previamente a los informadores que pidió otra vez que se levante el secreto de sumario que pesa sobre el caso, pero se encontró con una negativa.
El cadáver de la menor, de origen chino y que había sido adoptada antes de cumplir un año, fue hallado en una pista forestal de Teo (A Coruña) el pasado 22 de septiembre, si bien la investigación ha determinado que falleció el día anterior, presumiblemente tras ser sedada y asfixiada.
Sus padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra, están en la prisión coruñesa de Teixeiro y se desplazaron esta mañana a Compostela para recibir la información de que será un jurado popular el encargado de juzgar el crimen.
