La canciller de Alemania, Angela Merkel, sorprendió ayer a la clase política de su país y de Europa al anunciar, tras los malos resultados de su partido en el estado de Hesse, que ya no optará a su reelección como líder de la conservadora CDU ni será candidata a la Cancillería en 2021.
“Siempre quise llevar con dignidad mis cargos y dejarlos con dignidad”, dijo la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y jefa del Gobierno alemán, tras calificar de “inaceptable” la imagen que da su alianza de gobierno y de “amargos” los resultados obtenidos en las elecciones regionales celebradas ayer, en el “Land” (estado federado) de Hesse.
Tras 18 años al frente de la CDU y “casi trece” –precisó Merkel–, en la Cancillería, la líder alemana no presentará otra candidatura a presidir el partido en su próximo congreso, del 6 al 8 de diciembre, no buscará su reelección para una quinta legislatura ni ejercerá otro cargo, siquiera como diputada del Bundestag (cámara baja).
Retirada gradual
La retirada gradual de la vida política de Merkel es fruto de “largas reflexiones”, como lo fueron las que la llevaron, en 2016, a la decisión de presentarse de nuevo como candidata del bloque conservador a la Cancillería, en las elecciones generales de 2017.
Los resultados de esos comicios reflejaron ya un fuerte desgaste de su bloque conservador, a lo que siguió un “trabajoso proceso negociador” hasta lograr cerrar un pacto de coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD) y finalmente un escenario de “persistentes tensiones” dentro de ese Gobierno.
Los resultados obtenidos en Hesse –en que la CDU defendió su posición de primera fuerza pero cayó más de once puntos– son “amargos” y no pueden atribuirse “ni al elector” ni al “buen trabajo de nuestros amigos” en ese “Land”, sino a la “inaceptable” imagen ofrecida por su alianza de gobierno, admitió.
A lo largo de todo este tiempo al frente del partido y del Gobierno asumió su “responsabilidad sobre lo que salió bien y lo que salió mal”, añadió Merkel, para confesar que su decisión de iniciar la retirada la adoptó el pasado verano.
La comunicó ayer, tras los golpes electorales sufridos en la próspera Baviera, el 14 de octubre, donde su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) quedó apeada de su tradicional mayoría absoluta, y los malos resultados también en Hesse, el “Land” de la capital banquera y financiera, Fráncfort.
Su retirada significa, a efectos estadísticos, que no romperá el récord de permanencia de quien fue su padrino político –Helmut Kohl, con 16 años en el poder–, pero tal vez calme las aguas y le permita completar la actual legislatura. La canciller dijo hace unos días que no pretendería designar a su sucesor, ya que estos intentos suelen “terminar muy mal”. l