Alrededor de 60 personas que volvían ayer del Festival do Mundo Celta de Ortigueira se vieron afectadas por una avería en el ferrocarril que los traía a Ferrol y que llegó con más de dos horas de retraso.
Según relataron algunos usuarios del cercanías, el tren salió poco antes de la una y media de la tarde de la villa ortegana y, a la media hora de trayecto, comenzó a realizar repentinas detenciones, cada vez con más frecuencia. En un momento dado, cuando apenas se había cubierto un cuarto del trayecto, el conductor del tren advirtió a los pasajeros de una avería y les informó que debían regresar al punto de origen.
Finalmente los usuarios, mayoritariamente asistentes al festival de Ortigueira, bajaron en la estación de Ponte de Mera para que los recogiera otro convoy con destino a Ferrol en 15 minutos. Sin embargo, la espera se alargó durante casi una hora, lo que provocó, unido al intenso calor, el enfado de gran parte de los afectados. De hecho, según relataron los pasajeros, el dueño de una casa cercana al apeadero los refrescó con una manguera para que pudieran soportar las altas temperaturas.
El malestar de este grupo de personas continuó cuando se subieron al nuevo ferrocarril, que registraba más de 38 grados en el interior, según el termómetro de una pasajera. “Era insoportable, había gente al borde de la lipotimia”, relató uno de los jóvenes que iba en ese tren. Pasadas las cinco de la tarde el cercanías llegó a la estación de Ferrol, pero más de una veintena de personas ya habían perdido su conexión en bus con otros puntos de la provincia.
Las oficinas de Renfe recibieron una avalancha de quejas de casi todos los pasajeros, que criticaron las condiciones de los vagones y la falta de información. La operadora ferroviaria dispuso varios autocares para el centenar de personas que todavía quedaban en la estación de Ortigueira esperando volver a la ciudad.