Las clases de posparto, una oportunidad para que las nuevas madres compartan experiencias

Las clases de posparto, una oportunidad para que las nuevas madres compartan experiencias
Clases Postparto en el Centro de Salud de Naron

En torno a las doce del mediodía del martes, el ascensor del centro de salud de Narón comienza a llenarse de madres con bebés. No es que las consultas de pediatría reciban ese día más afluencia de pacientes, sino que cerca de una quincena de puérperas se reúnen con la matrona Isaura González en las clases de posparto, que comenzaron hace unos tres años a petición de las usuarias.
Las madres se sientan en colchonetas y los bebés –los que no se han dormido o no se han acurrucado en torno al pecho de su mamá– comienzan a disfrutar con los masajes para los que, antes de empezar, les piden permiso sus propias madres. Los que aceptan –algunos bebés refunfuñan porque todavía no les apetece o porque es su primera sesión– empiezan a moverse y a patalear con sonrisas, sobre todo los que ya saben de qué va la cosa porque llevan algunas semanas acudiendo.
Rodamientos en las piernas, arrastres de talón...técnicas que las madres más veteranas ya conocen y las primerizas comienzan a ensayar. Les llevará unos días, porque, como comenta la matrona Isaura González, “son moi pequeniños e non recibiron estímulos todavía”. Algunos niños se van quedando dormidos, otros piden alimento –siempre materno– y los demás continúan su sesión, ahora con reflexología, acompañada de canciones que parecen gustar a los más pequeños.
Masajes en puntos concretos para mejorar el tránsito del aparato digestivo o para evitar esa acumulación de mocos hacen que las madres estén especialmente atentas a los consejos de la matrona. Y, entre tanto, también surgen más comentarios y preguntas, sobre reflujos o cólicos. Las dudas son ya contestadas en la mayoría de los casos por las propias compañeras como resultado de sus experiencias.
 También comienzan a caer tópicos, como los de poner a eructar a los niños justo después de comer, ante la duda de una mamá. “¿Acaso os adultos o fan?”, pregunta, pues entonces no tiene por qué ser obligatorio.
Las clases preparto y el trato a diario con la matrona naronesa dejan un claro poso, que se percibe cuando una nueva alumna se interesa por si siempre que llora el bebé hay que ponerlo a comer. Se oye entonces un “sí” unísono, en un colectivo concienciado con la lactancia materna y la crianza natural.
Tras más de una hora de masajes y confidencias concluye la clase con ejercicios perineales, y es que es importante que la madre se recupere bien.
La artífice de la complicidad que se desprende en estas sesiones no es otra que Isaura González Martínez. Una especialista que ha sabido adaptarse a los tiempos y ayudar a las madres con la experiencia de muchos años dedicados a su oficio.
La matrona explica que no se trata de imponer ningunas normas sino de “darlles oportunidades de que aprendan unhas das outras. Eso si, cando non me soa unha frase, interveño e axudo”.
Fueron las propias madres las que reclamaron clases posparto, explica Isaura, porque “sentían que antes do parto as coidaban moito e despóis se vían un pouco abandoadas”. Por eso, la matrona consultó con la Xerencia y se le concedieron las clases, quitando horas de consulta.
Isaura González trabaja continuamente en la actualización  de conocimientos y es una fuerte defensora de la humanización del parto, aunque reconoce que “é algo moi novo e non todos os profesionais están dispostos a cambiar radicalmente o seu traballo de anos”. De todos modos reconoce que “estamos avanzando cara o bo camiño”.
Con respecto a las clases,  la matrona reconoce su éxito, demostrado en la masiva participación y en que a menudo madres que ya han dejado las clases vuelven de visita o a resolver nuevas dudas. “As nais agradecen unha hora e media co seu bebé, sen agobios, porque aprenden a relativizar, é un pouco como unha terapia grupal”.     
Las sesiones de posparto, explica esta profesional, no solo ayudan a cubrir las necesidades del bebé sino a aprender a “non penalizarse se non se pode estar en todo, a evitar a frustración, porque ninguén é capaz. Precisamente iso é educar”. n

Las clases de posparto, una oportunidad para que las nuevas madres compartan experiencias

Te puede interesar