El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó ayer de que, desde enero de 2015, unos 500.000 niños inmigrantes y refugiados recurrieron a los servicios de traficantes de personas para llegar a Europa.
“Empujados por la desesperación y los retrasos en los procesos caen en manos de criminales dispuestos a beneficiarse de su vulnerabilidad”, aseguró la agencia de Naciones Unidas. Para conocer la realidad sobre este tema, Unicef recabó datos de distintas fuentes, incluyendo a Europol-Interpol, testimonios de los propios menores, publicaciones de otras agencias de Naciones Unidas, ONG e informes en medios “corroborados”.
En este sentido, recordó que los datos publicados esta semana por Eurostat revelan que más de 580.000 solicitudes de asilo han sido presentadas por niños en Europa desde enero de 2015. Además, según un informe reciente de Europol-Interpol, más del 90% de los viajes realizados por las personas refugiadas e inmigrantes que llegan a la Unión Europea son facilitados por traficantes que trabajan para redes criminales, por lo que se estima que al menos medio millón de niños han recurrido a traficantes en algún punto de su recorrido.
En este contexto, los niños no acompañados suponen cerca de 100.000 de estas personas y están “especialmente predispuestos a usar esos servicios”, según denunció Unicef.
“Cerrar fronteras es como cerrar las puertas con llave, pero dejando las ventanas abiertas, esto empuja a los niños, especialmente a los no acompañados, a asumir riesgos mayores”, afirmó la coordinadora especial de Unicef para la crisis de refugiados e inmigrantes en Europa, Marie-Pierre Poirier.
“Aunque la oleada de migrantes y refugiados bajó considerablemente, los cierres fronterizos, las políticas estrictas de migración y el acuerdo Unión Europea-Turquía llevaron a estos grupos criminales a adaptar rutas de tráfico de drogas y armas bien establecidas para los refugiados.