Reportaje | El confuso e inadaptado mundo del aprendizaje para los niños con dislexia

Reportaje | El confuso e inadaptado mundo del aprendizaje para los niños con dislexia
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El 8 de noviembre es el día mundial de la dislexia, un problema sin cura que sufre 1 de cada 10 gallegos. Se trata de una dificultad específica del aprendizaje que se caracteriza por una velocidad en la lectura baja y una inexactitud en la misma, haciendo que la comprensión lectora sea más deficiente de lo que correspondería.

Esther López Carbajales, médico de familia y presidenta de la Asociación Galega de Dislexia (Agadix), lucha cada día por darle una mejor calidad de vida a los niños y jóvenes que padecen este trastorno. “Son niños sin ningún tipo de alteración en el coeficiente de inteligencia o sensitiva, que no tienen ninguna otra patología o cuadro clínico. Todo lo demás funciona bien excepto la percepción de la lectura y, evidentemente, también la escritura porque tampoco son capaces de plasmar bien los conocimientos que tienen”, explica.

Uno de los problemas más graves que afectan a los disléxicos es la detección tardía. “La detección no debería de pasar los 8 o 9 años porque después los niños empiezan a tener consecuencias psicológicas como pueden ser la falta de autoestima,  niveles de frustración altos o fracaso escolar. Antes de los 8 es posible revertir este proceso psicológico. Infelizmente, en la mayoría de los casos no ocurre esto. A nosotros nos llaman familias con hijos adolescentes que todavía están sin diagnosticar”, destaca la presidenta. Añade además que también hay muchos casos que están mal ‘etiquetados’ pues “la detección es muy baja en nuestra comunidad. Pese a estar demostrado que un 10% de  la población gallega padece dislexia, las cifras de diagnóstica de las bases de datos de la Consellería de Sanidade solo recogen un 0.3% de la población, lo cual es totalmente absurdo”, señala.

Este problema se da porque en muchos casos los padres deben recurrir a gabinetes privados para conseguir un diagnóstico. “Como la dislexia no se considera una enfermedad, a pesar de que aparece dentro de los trastornos mentales de la asociación americana de psiquiatría, sino un trastorno del aprendizaje, el servicio de Pediatría del Sergas no acostumbra a diagnosticarlo. Lo más habitual es que se detecte en un gabinete externo. Que los padres vean que el colegio no les da una respuesta adecuada y que vayan a un centro privado psicopedagógico y se haga el diagnóstico, cosa muy incoherente con la universalidad para todos”, apunta.

Problemas en educación 
La ferrolana Elena Rivas, logopeda del centro Neuraxis Neurología de Catabois, considera que uno de las principales dificultades con las que se encuentran los pacientes con dislexia está en el planteamiento de nuestro sistema educativo.

“Aunque se ha avanzado mucho, los niños de hoy en día todavía siguen aprendiendo a través de la lectoescritura, es decir, los libros de texto y para un niño con dificultades a este nivel, la adquisición de conocimientos supone mucho más esfuerzo que a otro alumno”, explica.

Esfuerzo que según Esther no está siendo adecuadamente atendido por parte de todos los colegios. “Nosotros vemos que en muchas ocasiones los centros educativos no aplican lo que recoge la normativa de la Xunta de atención a la diversidad. Los padres se ven abocados a llevar a los niños a un gabinete externo, cuando no tendría porque ser así. Nosotros siempre hacemos la comparación con la sanidad: a ningún medico se le ocurriría decirle a un paciente que se vaya a la privada, pues en el caso de la dislexia en educación sí que pasa eso. Si no pueden permitirse ese apoyo externo y están en un colegio que no interviene adecuadamente, los niños con dislexia acaban pasándolo muy mal, llevando en muchos casos al fracaso escolar o abandono del estudio de forma prematura”, señala la presidenta.

Asimismo, apunta que la única intervención para mejorar la calidad de vida de los disléxicos eficaz y validada científicamente es la logopedia.

Precisamente por esto, Elena reivindica la integración de profesionales de su rama en la educación y sanidad pública. “Sería necesario la integración de  logopedas especializados en el ámbito educativo para poder ayudar a que los niños con dislexia tuviesen acceso a los estudios en igualdad de oportunidades, así como una mayor presencia de logopedas en el ámbito sanitario público para poder abordar este tipo de patologías”, apunta.

Esther añade a todo esto la falta de formación del profesorado a nivel universitario y de postgrado. “No hay una asignatura en Magisterio para tratar la dislexia y otras dificultades especificas del aprendizaje como disgrafía o disotrografía., simplemente es un capitulo dentro de una materia más grande.

En el caso de los estudios en Pedagogía la asignatura es optativa y trimestral, con lo cual no todos los estudiantes de pedagogía adquieren estos conocimientos”, explica.

Ayuda para esta situación
Por suerte, desde la asociación sin ánimo de lucro que preside Esther –Agadix– intentan mejorar la situación de todos los  jóvenes y niños que padecen esta enfermedad.

La entidad, que se creó en el año 2006, tiene delegaciones en todas las provincias gallegas. Cualquier familia  puede ponerse en contacto con ellos en el 608 57 02 11 o en la web www.agadix.es. “Les informamos y asesoramos a nivel colegio, para que hagan escritos reclamando sus derechos o hablen con los tutores, directores y equipos de orientación. También damos asesoramiento jurídico, gracias a un abogado que trabaja con nosotros,  y asesoramiento a nivel profesional con una orientadora y una psicóloga, que es nuestra vicepresidenta. Fuera del ámbito familiar también damos formación gratuita a profesorado siempre que nos lo pidan en horarios compatibles.  Además, estamos trabajando con 16 asociaciones españolas más para conseguir un marco jurídico que defienda a estos niños, adolescentes y adultos con este trastorno”, explica.

Elena también señala que las nuevas tecnologías han sido una mejora en el ámbito educativo “Ha ayudado bastante a los alumnos que sufren este tipo de dificultades, ya que se presenta todo de manera más visual y atractiva. A pesar de ello, todavía nos queda mucho camino por andar para conseguir una plena inclusión educativa. A nivel logopedagógico las investigaciones continúan, aunque las realizadas en los últimos años nos aportan una nueva visión de estos trastornos”.

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