No es una ventaja demasiado amplia, pero los once puntos de beneficio que el Rugby Ferrol tiene sobre el Universidad de Bilbao son un pilar lo suficientemente sólido como para que los departamentales puedan construir sobre él su clasificación para las semifinales de la fase de ascenso a División de Honor B, último peldaño para acometer el salto de categoría.
Tras desentrañar hace una semana los entresijos del juego de un rival del que no tenía muchas referencias y del que sólo se esperaban cosas buenas, el cuadro departamental sabe dónde debe incidir su esfuerzo para salir airoso de nuevo en el duelo que mañana afrontará en tierras vizcainas. Para ello, los pupilos de Fran Usero han trabajado para tratar de corregir los fallos que entonces le acarrearon puntos en contra.
Los bilbaínos son una escuadra físicamente muy potente y con gran destreza técnica, pero en el duelo de ida el Rugby Ferrol supo jugar sus bazas. Impedir la previsible salida en tromba de su oponente y, como en Ferrol, llevar la iniciativa en el juego y, sobre todo, en el marcador, será determinante para que los “ajedrezados” revaloricen sus opciones de clasificación.
De hecho, la gran preocupación a día de hoy es saber cómo responderá el equipo sobre la superficie de hierba artificial en la que se disputará el encuentro. Un aspecto que puede condicionar mucho el juego en aspectos concretos como las fases estáticas, los inicios de contraataque o el bote de la pelota. Esta campaña, el cuadro departamental ya ha demostrado no estar especialmente cómodo en este contexto, unas repercusiones negativas sobre su juego que ahora tratará de minimizar y con ese fin realizaron alguna sesión preparatoria sobre césped sintético.
Otra de las preocupaciones de la formación ferrolana radica en el estado físico de Josh, quien sufrió una pequeña lesión muscular el pasado domingo que, aunque no reviste demasiada gravedad, lo convierte en duda hasta última hora. Una ausencia notable con la que deberá lidiar la formación de Ferrolterra.