A la noche mágica del Star Center Uni Ferrol no le faltó de nada, ni en la cancha ni en las gradas. La consigna era que Esteiro reventase y lo hiciese teñido de blanco y más de setecientas personas se encargaron de colorear las gradas de ese color. Los primeros, los niños de las categorías de base del club, uniformados como el primer equipo y los más entusiastas a la hora de arropar –literalmente–a pie de pista a las jugadoras; pero también muchos de esos aficionados al baloncesto –”de Ferrol de toda la vida”– reenganchados a este deporte de la mano del club de Esteiro. Algún que otro ilustre del OAR –Ricardo Aldrey o José Luis Ferreira son habituales, aunque a ellos también se unió en este caso un Anicet Lavodrama, objetivo de los aficionados más veteranos– y antiguas jugadoras y directivos del club. No faltó el guiño a la cantera –con Dana Villar y Paula Pérez vestidas de corto– y el reconocimiento a las que suman como las que más –con Paula Cuiña y Carmen Fernández en pista–. La ocasión bien merecía la primera canasta de dos puntos en la liga de Patri Cabrera, que –¡al fin!– la televisión que regalaba Star Center encontrase dueña y, por supuesto, las lágrimas del presidente. No se vayan todavía, aún hay más. l