PONTEDEUME-El Ayuntamiento da un día para el desalojo y los placeros se encierran

El Concello de Pontedeume y doce de los catorce placeros del mercado de abastos siguen midiendo sus fuerzas. El primero tomando la iniciativa de sacar un bando para poner al corriente a vendedores y usuarios del precintado de las instalaciones a partir de la jornada del próximo lunes. Esta acción se afianzó a media mañana con la publicación y difusión de un segundo escrito en el que el gobierno local insta a los comerciantes a la retirada masiva de sus pertenencias y mercancías bajo amenaza de repercutir en sus bolsillos los gastos que pueda ocasionar una posible intervención del Concello.   
Los responsables municipales conceden un día de plazo para acatar una disposición que podría coincidir con el último día de apertura del mercado antes del inicio del proyecto de rehabilitación al que será sometido.
Ante estas novedades, la respuesta de los afectados no se ha hecho esperar. La presentación masiva de recursos contra el de-salojo en el registro general del Concello y la convocatoria de un encierro indefinido a partir de la jornada de mañana sábado han sido las elegidas para tratar de desarmar la postura con la que el equipo de Gabriel Torrente pretende garantizar la inversión de 300.000 euros en la sustitución de la cubierta.
El gobierno eumés ve en esta intervención el punto de partida de la rehabilitación integral que necesita un inmueble que a día de hoy reúne unas condiciones muy poco adecuadas para la comercialización de productos perecederos, sobre todo en lo que se refiere a las zonas comunes. Es, precisamente, en este aspecto y con la ayuda también de un informe urbanístico que aconseja asimismo la reforma, en el que el gobierno local tiene su principal baza para exigir el desalojo del mercado.
Los vendedores, por su parte, esgrimen entre otros argumentos la necesidad de ver compensado el traslado a las instalaciones provisionales con algún gesto por parte del Concello, así como garantías más que verbales de que seguirán manteniendo sus derechos  como vendedores del mercado de Pontedeume una vez rematadas unas obras que todavía están pendientes.