El Intasa San Sadurniño no podía afrontar de mejor manera su regreso a la competición tras el parón navideño. Los pupilos de Manel Blanco han llevado a cabo esta semana sesiones dobles de trabajo todos los días de cara a alcanzar este fin de semana en un estado de forma óptimo. “A principios de la semana estábamos más faltos de ritmo pero ahora estamos mejor y sobre todo con muchas ganas”, comenta Marcos Piñón, Pakito, líbero de la formación local, pocas horas antes de afrontar por segunda vez en su historia, y de nuevo como anfitrión, la Copa Príncipe de voleibol.
El nerviosismo, de momento, no forma parte de las sensaciones que el canterano del equipo de San Sadurniño describe antes de enfrentarse a un nuevo hito en su carrera deportiva. “Creo que estábamos más nerviosos el año pasado. Ahora sería más emoción que otra cosa”, añade uno de los pilares del juego de la formación que esta tarde comienza a defender su título. Sin embargo, y antes de esto, los de Blanco tendrán que dar un importante y lógico primer paso, imponerse en la semifinal de esta tarde –20.00 horas– al, en esta ocasión, “novato” del trofeo de la categoría de plata nacional, el Leganés –tercer clasificado del grupo B–.
“El equipo es nuevo en la Copa pero cuenta con jugadores muy experimentados”, incide el líbero del Intasa, “además, este año veo la competición mucho más igualada que el pasado año”. Y es que si bien hace doce meses el C’an Ventura Palma era el claro favorito –llegaba invicto y fue derrotado por el Barcelona en semifinales– y los anfitriones se convirtieron en la revelación del torneo al alzar el entorchado en su primera participación, en este 2017 el cartel de favorito está un poco más difuso a juicio de Marcos Piñón.
final
En el supuesto de superar este encuentro, el jugador local se decanta por una final, mañana, ante un viejo conocido, el Universidad de Valladolid. Formación de su grupo liguero, el A, y a la que ya han superado en los dos encuentros –en ambos casos por 3-1–. “Ya nos conocemos y creo que sería un encuentro bonito”, comenta Piñón.
Y, como no podía ser de otro modo, los anfitriones tendrán en una incansable afición a su séptimo jugador. Un público que, a diferencia de hace un año, ve a los suyos con serias opciones de ganar de nuevo la Copa. Eso sí, “en ningún caso creo que sea una obligación”.