La COP25 de Naciones Unidas enfiló su tercera jornada centrada en la ciencia climática, la innovación y el papel de la industria con la presentación de dos informes sobre emisiones, en espera de la próxima llegada de la joven activista sueca Greta Thunberg.
Mientras las delegaciones de los 197 países continúan negociando en esta primera fase técnica de la COP25, que concluirá el próximo día 13, numerosos actos se siguen programando de forma paralela.
Así, la denominada “zona verde”, donde se celebra la mayor parte de eventos impulsados por la sociedad civil hoy tuvieron una especial presencia los jóvenes. Impulsados por el fénomeno Greta Thumberg, miles de adolescentes se han echado a las calles durante meses para exigir a los gobiernos que actúen para proteger el planeta.
El impulso de toda la sociedad y movilizaciones en las calles como las que están llevando a cabo sobre todo los jóvenes son cruciales para posibilitar las urgentes y necesarias decisiones que se deben tomar en la cumbre del clima (COP25) de Madrid, subrayaron ayer las tres mujeres que están al frente de esta cita global.
“Necesitamos la voz de la gente joven, de los ciudadanos en las calles, ayudándonos, presionando por el cambio”, declaró en una conferencia de prensa la presidenta de la COP25, la chilena Carolina Schmidt.
A juicio de la ministra chilena de Medio Ambiente, son cruciales “esas voces pidiendo más cambios, mostrando a los países que es posible el compromiso”.
“La movilización en las calles realmente nos ayuda a activar la toma de decisiones y a que todo el mundo se sume”, comentó en la misma línea la secretaria ejecutiva de la ONU para el cambio climático, la mexicana Patricia Espinosa.
La “frustración” ciudadana, en particular de los jóvenes, es totalmente comprensible “porque no estamos donde necesitamos estar” para cumplir con la meta, fijada en el Acuerdo de París, de evitar que el calentamiento global supere los 1,5 grados a finales de este siglo, admitió Espinosa.
No obstante, dijo que es necesario “reconocer los esfuerzos” que se están haciendo y ver que en la agenda de la COP25 hay “señales de esperanza”.
La esperanza es fundamental “para los más vulnerables” en África, Asia o Latinoamérica, porque en muchas zonas del planeta el cambio climático “es una cuestión de vida o muerte”, destacó a su turno la viceministra de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Lorena Aguilar, cuyo país acogió las reuniones de preparación previas a la COP25.
Según Aguilar, la lucha contra el cambio climático es la “primera crisis global” a la que se enfrenta la humanidad en su conjunto y, por ello, los países de Latinoamérica y el Caribe quieren que esta cumbre sea “la más ambiciosa” hasta la fecha.
Esta COP25 “tiene que marcar un cambio de rumbo”, de acuerdo con Schmidt, en cuanto a la incorporación de “otras voces” que permitan hacer “mas transversal” la lucha contra el calentamiento global.
Afirmar que “es tiempo de actuar no es un eslogan, es una necesidad, una exigencia moral, social y económica”, sostuvo la ministra chilena. Sin embargo, Schmidt no precisó si en la cumbre se adoptara algún texto que obligue y a los países a aumentar sus compromisos climáticos de cara al futuro.