La multinacional del viento Gamesa ha firmado ya dos contratos en Estados Unidos para la instalación de parques eólicos con aerogeneradores de su modelo G114, cuyas palas se producen, de momento en exclusiva, en la planta de As Somozas. En la fábrica se han cumplido los plazos previstos para la instalación y puesta en funcionamiento de la nueva línea de producción, de manera que han salido ya las primeras dos aspas para realizar las certificaciones iniciales y otras tres que están montadas en un molino en la sede de la compañía, en Navarra, a modo de muestra para los clientes.
En el pasado mes de septiembre Gamesa cerró la primera venta del nuevo modelo para el parque eólico Big Turtle, que la compañía Heritage Sustainable Energy va a desarrollar en el noroeste de Michigan, con una capacidad de 20 MW. A este se suma el que la compañía de origen navarro anunció ayer, con la empresa EDP Renováveis, para suministrar hasta 450 MW de aquí al año 2016 en proyectos eólicos que se van a desarrollar también en Estados Unidos.
Cada aerogenerador G114 tiene una potencia unitaria de 2 MW, y su diseño está especialmente indicado para zonas de vientos medios y bajos.
fabricación
As Somozas está actualmente arrancando la producción del nuevo modelo y el objetivo es llegar a sacar unas cuatro palas por semana. Recientemente se retiró de la planta el molde del aspa G-80 y se ha instalado otro de la pala G-87 para atender un pedido que, en principio, no es muy voluminoso. También está previsto que se levante el molde de la segunda línea de producción de G-80, parada desde hace tiempo, para instalar el de la G-90, igualmente para atender un encargo pequeño.
De cara al futuro, la planta de As Somozas aspira a hacerse con una segunda línea de producción de la G114, un modelo que tendrá mayor mercado en los próximos años. Sin embargo, la compañía no ha adoptado de momento la decisión y fuentes consultadas por este diario apuntaron que se está barajando la posibilidad de implantarla fuera de España, en México.
La fábrica de As Somozas cuenta actualmente con 174 trabajadores, un número muy inferior a los más de 300 que ocupaba en los momentos álgidos que el mercado eólico vivió en Galicia y en España, desde los años 90 hasta el comienzo de la actual crisis. El frenazo impuesto al sector por el concurso eólico gallego supuso el desmantelamiento de la importante industria de fabricación de componentes para aerogeneradores que existía en la comarca de Ferrol. De ella, que en su momento representó más de la mitad del sector en la comunidad, queda ya únicamente la planta de Gamesa. En el pasado mes de junio este centro sufrió un recorte de 64 empleos, en el marco de la importante reestructuración que llevó a cabo todo el grupo. n