La villa de Pontedeume volvió ayer al pasado con la cita anual con las bicicletas vintage de la peña Leboreira

Un año más, y ya se ha llegado a la década, los miembros de la peña ciclista Leboreira aparcan sus modernas bicicletas para subirse a otras con mucha más historia.

Las calles de la villa de los Andrade retrocedieron en el tiempo y sirvieron de escenario para un recorrido que se celebra anualmente y que acoge a la “familia” de la peña pero también a personas llegadas de otros puntos de la geografía que se sienten atraídos por ese afán por recuperar unos vehículos a pedal que son parte de la historia y que se afanan en conservar en perfecto estado.

La cita de ayer tuvo lugar en la Casa da Cultura desde donde partieron los ciclistas, ataviados con indumentarias acordes a su modo de desplazamiento para realizar un recorrido por la zona. Así, desde el punto de partida se dirigieron hacia el muelle y después visitaron el torreón de la villa y el reconocido y centenario tejo con el que se fotografiaron los ciclistas, en un guiño al pasado de la localidad.

Una degustación de pulpo a media mañana antes de continuar el recorrido hasta el pinar de Cabanas sirvió para continuar con las charlas entre amigos, para, finalmente, poner mesa y mantel de por medio en una comida de confraternización de regreso a la villa. Con mayor o menor participación, dependiendo en ocasiones del tiempo que haga, la cita con “A ruta do polbo en bicicleta clásica” está ya consolidada. Entre las novedades se encontraba un tándem, que se lució ayer por primera vez en el evento

Los miembros de la peña, que el propio presidente Daniel Cendán, define como “grupo familiar”, también acuden a otros eventos similares como el que se celebra en Esposende, en Portugal, del que traen ideas y sobre todo “sana envidia”, ya que es un evento de gran importancia y participación con mucho interés por conservar la historia y los ciclos clásicos.

Este año, los integrantes de Leboreira estarán presentes, además, en otros eventos como la ruta clásica que se celebra en Ferrol desde hace un par de años en verano y el Ares Indiano, al que acudirán vestidos de época para colaborar con la ambientación de esta reciente y también exitosa celebración.