El Racing puso el punto final a la fase de preparación para el campeonato de Segunda B que se inicia el próximo fin de semana con una victoria ante el Betanzos que le permite recuperar las buenas sensaciones. El equipo ferrolano recuperó ayer la mínima intensidad que se le exige para disputar cualquier encuentro y derrotó a un rival que juega una categoría por debajo y que apenas fue capaz de inquietar a un contrario que esta vez no quiso llevarse un susto como el del día anterior.
Y es que la mala imagen dada el sábado ante el Galicia de Mugardos motivó que esta vez el Racing se tomase las cosas bastante más en serio. De hecho, el once inicial que presentó Aira ya se pareció más al que puede jugar la próxima semana ante el Tropezón con motivo del estreno liguero, con la presencia del juvenil Carlos López en la posición que parece destinada para un Pablo Rey que evoluciona favorablemente de sus problemas físicos. Y eso se notó en el nivel ofrecido por el cuadro verde, que jugó con cierta soltura en el centro del campo y fue coleccionando llegadas sobre la portería de un Betanzos que, por contra, no era capaz de generar demasiado peligro sobre la portería rival.
Más de diez disparos sobre la portería defendida por Manu, el mejor del Betanzos en la primera parte, llegó a realizar el Racing que, sin embargo, se mostró poco eficaz en la definición. Y es que no fue hasta casi el final de la primera parte cuando fue capaz de estrenar el marcador. Eso sí, valió la pena la espera porque el tanto puso sobre la mesa la capacidad que tiene el cuadro verde. Así, Dani Rodríguez protagonizó una gran jugada desde el centro del campo, en la que desbordó a todos los rivales que le salieron a su paso, y terminó sirviendo un centro que Jorge Rodríguez, en el segundo palo, remachó al fondo de las mallas. De esta manera, el cuadro verde se iba al descanso con una renta a su favor que parecía darle más tranquilidad.
BAJÓN
El equipo ferrolano siguió controlando la situación en la segunda mitad, pero ahora las llegadas a la portería rival no eran tan habituales. Incluso la intensidad en el juego fue descendiendo a medida que los dos equipos metieron en el partido a sus hombres de refresco. De todas maneras, el Racing aprovechó un despiste de la zaga local para ganarse un penalti a su favor –por un derribo a Iago Iglesias–. El delantero Manu Barreiro no desaprovechó la ocasión y aumentó la ventaja de una escuadra verde que parecía allanar el camino hacia el triunfo.
A partir de ese momento –aún quedaban veinte minutos para el final–, el partido ya no tuvo mucho más que ofrecer, porque el resultado ya estaba decidido y la poca capacidad de unos se juntó con la falta de ganas de los otros. Al equipo ferrolano ya no le hacía falta nada más para poner punto final a la pretemporada.