El colectivo ciudadano Asamblea de Movimientos Sociales de Vigo mostró ayer su rechazo a la puesta en funcionamiento de unas escaleras mecánicas en la calle Segunda República por considerar que la obra es “otro despilfarro” del Ayuntamiento.
Estas críticas se producen después de que el alcalde de Vigo, Abel Caballero, haya presenciado ayer por la mañana la puesta en funcionamiento de esta actuación enmarcada dentro del plan “Vigo Vertical” bajo “la oposición de vecinos y activistas” que se acercaron hasta la zona de Porta do Sol “para mostrar su disconformidad”.
A través de un comunicado, este colectivo matiza que no se opone a “que se haga uso del presupuesto correspondiente para hacer obras en Vigo”, pero sí a que se ejecute “una obra millonaria que lo único que ahorra es menos de 150 pasos a los viandantes” y cuyo emplazamiento “anexa un enorme gasto de mantenimiento” que no se corresponde “con su utilidad real”.
El grupo considera también que las escaleras mecánicas suponen una “aberración estética” que no respeta el casco histórico de la ciudad ni “la procedencia de las escaleras de piedra de una calle tan emblemática”.
Sin embargo, la Asamblea de Movimientos Sociales reprocha “sobre todo” que la obra olvide “las políticas de inclusión” y se posicione como un “ejemplo más del despilfarro unilateral encaminado a la comodidad de los turistas” ya que, añaden, “no sirven para facilitar el tránsito a personas con movilidad reducida o carritos de bebé”.
sin acabar
También critican que la inauguración se haya realizado de manera “precipitada, con el segundo tramo sin terminar, ni la cubierta”, un hecho que para este colectivo responde a “intereses” basados en “modernizar por fuera estructuras para fomentar el turismo desatendiendo “las necesidades de los ciudadanos”.
“Queremos que Vigo avance pero hay que comprender que en un momento tan difícil en los barrios, donde las colas en los comedores sociales son aterradoras y las ayudas a familias en exclusión insuficientes, resulta frívolo ejecutar constantemente obras faraónicas”, destacan en la nota.
Por ello, acusan al Ayuntamiento de Vigo de “no escuchar” las demandas que los vecinos “vienen gritando alto y claro” y de aprobar “con sorprendente facilidad despliegues similares a éste, como si viviesen en otra ciudad sin pobreza, sin hambre y sin toxicómanos en la calle”.