Una ejemplar de gaviota de Bonaparte llegada de Norteamérica coge cariño a la ría de Ferrol

Una ejemplar de gaviota de Bonaparte llegada 
de Norteamérica coge cariño a la ría de Ferrol
El ave, en pleno vuelo durante su estancia en diferentes puntos de la comarca juan PITA

Que el atractivo de nuestras cosas es algo popularmente conocido más allá de nuestras fronteras no es algo novedoso. Lo que sí sorprende un poco más es que sea el mundo animal quien las elige para pasar el invierno. Es el caso de un ejemplar de “Larus philapelphia”, popularmente conocido como gaviota de Bonaparte –en honor al zoólogo francés Charles Lucien Bonaparte, primo lejano de Napoleón–, que desde el año 2014 decide pasar los meses más fríos del año por la comarca.

“Se trata de un hecho anómalo porque es una especie originaria de Norteamérica, por lo que ha tenido que recorrer más de 5.000 kilómetros, posiblemente desde la bahía de Hudson u Ontario, hasta nuestra ría”, indica el ornitólogo y guía de naturaleza, Juan Pita-Romero Caamaño.

Los primeros en percatarse de su presencia fueron los aficionados al mundo de las aves, Antonio y Pablo Gutiérrez hace tres años, y desde entonces se la ha podido ver en Neda, Fene, Narón y Ferrol. “Este año es la primera vez en la historia de Europa que se divisan tres, en Ferrol, Cariño y As Forcadas”, comenta Pita-Romero.

La principal hipótesis del experto es que el viento la hiciese cambiar de ruta y fuese bajando por Europa hasta las costas gallegas. Esta especie, a diferencia del resto, nidifica en los árboles no en el suelo, por lo que normalmente elige los bosques de Alaska para su cría, algo por lo que el ornitólogo ferrolano cree que emprenderá próximamente su vuelo de vuelta a casa.

“La primera vez llegó en diciembre y se quedó hasta marzo de 2015 y decidió regresar a visitarnos el día de Nochebuena de ese mismo año para pasar el invierno hasta el 1 de marzo de 2016”, explica Juan Pita-Romero, quien indica que el lugar preferido por el animal suele ser A Gándara.

Otra de las características que la diferencia de las gaviotas comunes, además de su tamaño, color y vuelo delicado, es que la Bonaparte no se alimenta en los vertederos, por lo que prefiere estar en superficies acuáticas para ingerir diferentes clases de insectos. Cabe destacar que su presencia no tiene, por el momento, ningún efecto para nuestro medio ambiente.

Una ejemplar de gaviota de Bonaparte llegada de Norteamérica coge cariño a la ría de Ferrol

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