Llegó con el año nuevo a Caión –A Laracha–, un día antes del fuerte temporal que levantó olas de siete metros. Las adversas condiciones hicieron que la joven foca gris –lobo marino cincento–, ahora bautizada como Salseiro, recibiese un fuerte golpe en el cuello y sangrase por la boca y el oído, por eso fue necesario rescatarla del mar y llevarla a buen puerto, el de la UCI del que dispone la Sociedade Galega de Historia Natural en Ferrol.
También se le detectó una infección respiratoria leve por lo que fue necesaria medicación.
Ahora, 19 días después de su llegada a la ciudad está a punto de concluir la primera fase de su recuperación, tal y como explica el responsable de mamíferos marinos de la SGHN, Juan Ignacio Díaz da Silva.
El caso de Salseiro se une al de otras focas que en este primer mes del año han llegado a las costas gallegas, procedentes de las inglesas y arrastradas por las fuertes corrientes. Son visitas anuales que forman parte, explica Díaz da Silva, de la “dispersión juvenil” de estos animales. No se trata pues de una migración sino de un viaje forzado hasta las costas ibéricas, provocado por los temporales, algo habitual hasta el mes de marzo. De todos modos, los lobos marinos que llegan a estas costas no son siempre rescatados, solo en el caso de que se perciba un mal estado, bien por heridas o por otros problemas de salud. De no ser así, se las deja que continúen su periplo marino. Así, entre ejemplares vivos y muertos se han detectado ya 10 en costas gallegas, 11 en Asturias, 14 en Euskadi y dos en la costa lusa.
Salseiro no llevará a cabo por el momento su viaje de regreso, ya que todavía necesita cuidados. Se encuentra en la sala húmeda de la UCI, donde recibe tratamiento veterinario. Pasado un tiempo se trasladará a la piscina grande, para tonificar la musculatura y una vez que se encuentre en forma este joven lobo marino se embarcará hacia el Gran Sol.
Como indican desde la SGHN, normalmente tratan siempre con los mismos armadores de pesca que se dirigen a la zona próxima a las islas británicas, donde se libera a las focas para que estén más cerca de su lugar de origen, y así se hará también con Salseiro. Esta semana está previsto que pase a la segunda fase de su recuperación y su evolución es bastante buena, como confirman desde el centro.
No se trata de la primera foca atendida por la SGHN este año, ya que también se encontró otro pequeño ejemplar –de 11 kilos cuando debía pesar 20– que no consiguió salir adelante y murió de desnutrición y golpes internos en su cuarto día.
trayectoria
El caso de Salseiro vuelve a llamar la atención sobre la importante labor que lleva a cabo la UCI de tortugas y lobos marinos de la sociedad ferrolana. Una unidad de cuidados que funciona desde el año 2000, como resultado de un convenio de colaboración de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños –Cemma–, con la que colabora la Sociedade Galega de Historia Natural, y la Consellería de Medio Ambiente, que incluía la asistencia a los varamientos en las costas gallegas y la recuperación de animales heridos.
Por la UCI han pasado más de 20 lobos marinos cincentos, cerca de una decena de focas de capelo, tortugas verdes y marinas comunes y han permanecido desde unos pocos días hasta casi un año. Primero, esta unidad se localizada en un habitáculo del viejo local del antiguo hospicio y ahora se encuentra en el museo que la SGHN posee en la conocida como Casa del Coronel, en Canido.
La UCI comenzó siendo solo un lugar de descanso para los enfermos, previo al viaje hacia el sur de Galicia, donde la Cemma ya se encargaba de animales heridos, pero poco a poco ha adaptado sus instalaciones y dispone de un espacio para utilizarse como sala húmeda donde reciben atenciones veterinarias en una fase de la recuperación.
El amplio espacio con que cuentan en las nuevas instalaciones permite también el montaje de una gran piscina a la que pronto pasará Salseiro, para completar su rehabilitación.
Aunque la sala de cuidados intensivos, con los animales en recuperación, se encuentra en el Museo de la SGHN, esta no se encuentra abierta al público, con el fin de evitar molestias a los animales en recuperación.
De todos modos, el museo dispone de reproducciones, maquetas, esqueletos e información suficiente para satisfacer el interés de todos los amantes de los mamíferos marinos.