Margarita Robles afea el fichaje de Esteban García por SAMI, el grupo naval público de Arabia Saudí

Margarita Robles afea el fichaje de Esteban García por SAMI, el grupo naval público de Arabia Saudí
Nueva sala de Exponav con el director de Navantia Esteban García Vilasánchez

La ministra de Defensa, Margarita Robles, mostró ayer su descontento con el nombramiento como directivo a cargo de la división naval de la empresa estatal SAMI –Saudi Arabian Military Industries– del antiguo presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez.

En una entrevista para la Cadena Ser, recogida por la agencia Europa Press, Robles cargó contra la decisión del mugardés, asegurando que en ningún momento fue consultada con ningún miembro de la cartera que dirige. Pese a afirmar que prefería “no opinar”, la ministra no trató de ocultar su descontento con el nombramiento.

“No se trata de dar lecciones de ética a nadie –aseguró Robles durante la entrevista–, pero quizás no es lo más oportuno. A nivel personal, no me gusta; las apariencias también son muy importantes”, concluyó. A pesar de no querer profundizar en el tema, la reacción de la ministra parece derivada de las relaciones que García Vilasánchez mantuvo con los mandatarios de la nación asiática durante su mandato al frente de Navantia, especialmente durante la negociación del contrato de fabricación de cinco corbetas para el Reino.

Gigante armamentístico
A lo largo de los últimos años Arabia Saudí ha abrazado diferentes formas de negocio para continuar afianzando su poderío económico sin tener que depender del petróleo. Tras convertirse en todo un coloso del mundo de las inversiones transnacionales, el país de Oriente Medio ha fijado su atención en el negocio armamentístico, con el objetivo de posicionar a SAMI entre las 25 empresas de defensa con más presencia internacional.

El nombramiento de García Vilasánchez responde precisamente a esta estrategia, que busca contratar a altos directivos de corporaciones militares extranjeros para tomar las riendas de las diferentes áreas de la misma. Así, el perfil del mugardés resulta idóneo para la división naval, dada su experiencia profesional a cargo durante años de múltiples sectores de Navantia.


El expresidente, además, estuvo al cargo del final de la negociación del contrato de corbetas, así como de la formación de un consorcio estratégico entre ambas empresas públicas, SANNI –Saudi Arabia Navantia Naval Industries–, nacido con el objetivo de aunar los conocimientos del sector de ambas naciones para mejorar su posicionamiento en el mercado.

Alianza controvertida
Al margen de los contactos establecidos por García Vilasánchez al frente de Navantia, el fichaje resulta controvertido por las tensas relaciones de España y sus socios comunitarios con Arabia Saudí tras el inicio del conflicto armado en Yemen.


Cabe recordar que, ante el uso de armamento extranjero contra la población civil, varios países europeos, encabezados por Alemania, plantearon paralizar la exportación de armamento al Reino. España, por su parte, paralizó
temporalmente la venta de 400 bombas inteligentes, lo que llevó a Arabia Saudí a amenazar con cancelar el pedido de cinco corbetas, que iban a ser fabricadas en los astilleros gaditanos.

Esta situación llevó a los sindicatos a salir a la calle para exigir que el Gobierno reculase, ante el temor de que esta decisión pusiera en peligro la carga de trabajo en las factorías.

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