El comité del aeropuerto de Alvedro celebra que se haya rebasado la barrera psicológica del millón de pasajeros en 2015 pero advierte al Ayuntamiento de que el mérito es del anterior Gobierno municipal. En este sentido le avisa de que el PP les ha dejado la responsabilidad de estabilizar estos datos y pone en duda la supresión de todos los convenios con las aerolíneas para 2016, fundamentalmente el existente con Air Europa, a excepción de los acuerdos que se han rubricado con Vueling. En este sentido, de alguna manera piden al concejal del ramo que no dé al traste con todo lo que se ha trabajado para alcanzar los registros que se perdieron hace años con la quiebra de Spanair.
El aeropuerto de A Coruña vuelve a jugar en primera división, o más bien en segunda, pues antes estaba considerado un aeropuerto de tercera categoría por sus cifras de usuarios. El comité lo tiene claro y, para no bajar otra vez, pone en duda parcialmente la política anunciada el pasado miércoles por el concejal de Empleo y Economía Social, Alberto Lema. “Sentimos satisfacción por el millón pero esperemos que se consolide; históricamente las alegrías en Alvedro duran poco”, comentó ayer el presidente del comité, Justo Pérez.
Si “hace dos días estábamos todos contentos, ahora recibimos una noticia que nos preocupa”. Pese a sacar algunas lecturas positivas del único acuerdo municipal con Vueling, también le ponen ciertas pegas al mismo.
Dudan de la continuidad de toda la oferta de Air Europa a Madrid si no cuenta con ayudas aunque lo lógico sería que la alta ocupación animara a sus responsables a no retocar la parrilla. “Confiamos en la responsabilidad de los dirigentes pero hubiese sido mejor que se pudiera afirmar categóricamente que no habrá bajas”, indica. Además, la plantilla –que gestiona una reunión directa con Lema para conocer sus planes– interpreta que “el Ayuntamiento debería seguir explorando más posibilidades con esta empresa porque queda mucho por hacer”. “No se deben romper definitivamente las conversaciones”, dice.
En el caso de la primera compañía reconocen que “estuvo mucho tiempo sin subvenciones porque Alvedro siempre le fue muy rentable”. Tanto que “cedió los slots de Santiago y Vigo” a sus firmas de bajo coste. Respecto a las ofertas a París-Orly y Valencia, Pérez ya auguro poco éxito cuando se anunciaron esas conexiones apoyadas económicamente.
“Estaban abocadas al fracaso, sobre todo la de París porque Orly no es Charles de Gaulle y tenemos que entender que la calidad es más importante que la cantidad de vuelos”, afirma. Los trabajadores apuestan por los dos destinos pero de forma que posibiliten los negocios.
Aunque ven positivo el compromiso de que habrá una tercera frecuencia a Barcelona con carácter estable y que “se retome en serio la ruta con Bilbao” –pero exigen “horarios que la doten de demanda”–, hablan de la “parte negativa de la finalización de los convenios con Iberia y Air Europa”.
En este sentido, Pérez recuerda que la actual cifra de viajeros se le debe “a las gestiones de la antigua corporación y de María Luisa Cid”. “El reto de la Marea es mantener y consolidar ese millón”, resalta el representante.