El cuerpo técnico del Racing da por bueno el punto conseguido el domingo ante el Real Valladolid B, ya que el entrenador, Manolo García, reconoce que “la tarea de combinar costaba mucho. Fue un duelo de disputa, de perder el balón y recuperarlo, de utilizar mucho los balones en largo y las jugadas de estrategia para tratar de crear peligro, porque de otro forma era casi imposible”. El preparador va más allá cuando añade que “botaba muy alto el esférico y era imposible dar dos pases seguidos, por la complicación que suponía controlarlo. Por eso hay que dar por bueno el resultado, porque, además, el rival demostró que es un buen equipo, al igual que lleva haciendo a lo largo de toda la temporada”.
Los restantes resultados del fin de semana, llevaron al cuadro verde a perder la tercera plaza y quedarse en la cuarta, con cuatro puntos de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores, el Guijuelo y el Compostela, a falta de cinco encuentros para finalizar la liga regular. Sobre esto, el técnico destaca que “mantenemos una cómoda ventaja, pero debemos ganar este domingo al Logroñés, porque eso si que nos acercaría todavía más a la promoción de ascenso. Si logramos la victoria les superaríamos en el ‘golaverage’ y sería difícil que nos pudieran superar en los cuatro partidos que restarían. Por eso, este choque es muy importante”.
En el enfrentamiento ante el cuadro vallisoletano, el preparador decidió dar descanso a Adrián Cruz y comenta que “a lo largo de la semana hable con él porque tenía unas molestias en el pubis y decidí que era bueno que viajara, porque es un jugador muy importante para nosotros y que nos puede dar muchas cosas, pero que solo lo utilizaríamos si fuera estrictamente necesario”. Además, añade que “el tipo de terreno de juego no le ayudaba y por eso decidimos que era mejor que descansara y que se recupere para el Logroñés”.
En el encuentro, los jugadores del cuadro verde reclamaron un penalti. Manolo García señala que “a todos nos pareció claro, pero lo único que importa es lo que dice el colegiado y él no lo señaló. Pablo controla el balón, se mete en el área, protege el balón y el jugador rival lo arrolló con la inercia. Pero repito que el árbitro no lo pitó y no hay nada más que decir”, sentencia.