En un duelo desigual desde su inicio –la formación pontevedresa estaba hecha para competir en LEB Oro–, la escuadra que dirige Miguel Maseda entró en la pista de A Raña sin tener en cuenta estas diferencias, conscientes de ellas pero de cara a disputar el duelo a un Marín Peixegalego que llegaba invicto y así continúa tras este choque. Los locales quisieron solventar el encuentro por la vía rápida y ya en los primeros minutos sumaron una renta de once puntos que fue encogiéndose y agrandándose hasta los doce con los que concluyó este primer cuarto (24-12).
Los naroneses volvieron a mostrar buenos y malos momentos en un segundo cuarto en el que se llegó 43-25, y comenzaron el tercero en el recortaron distancias hasta los diez puntos. Un espejismo del que eran conscientes, si bien para los naroneses pasar este trámite de cara a centrarse cuanto antes en su liga era mejor hacerlo desplegando, evidentemente, un buen juego. Sin embargo, los de Maseda, como él bien indica, todavía están en una fase irregular de a que esperan salir cuanto antes. Al menos, en el duelo de ayer, y tras un nuevo arreón de los de Marín en la recta final del tercer cuarto, los naroneses se quedaron a cuatro puntos del empate en el último (19-15).
Con esta, el Narón suma su tercera derrota consecutiva, una dinámica que espera romper este fin de semana ante el León.