El exsubdirector general de Seguridad Marítima y Contaminación de Fomento Manuel Ángel Nogueira defendió ayer la decisión de alejar el “Prestige” de la costa tras el accidente que sufrió el petrolero el 13 de noviembre de 2002, y subrayó que cualquier otra opción entrañaba un riego “mucho mayor” para los intereses españoles.
Nogueira declaró ayer como testigo ante el tribunal de la Audiencia de A Coruña que juzga los daños medioambientales causados por el “Prestige”, que provocaron la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.
Este experto en seguridad marítima explicó su labor durante la crisis del “Prestige” y señaló que tras evaluar los riesgos se decidió “no permitir la entrada del barco en un puerto español”.
“El riesgo de llevar el barco a un puerto refugio era superior a alejarlo”, apostillo Nogueira, que reconoció que las autoridades marítimas españolas tenían la “fijación” de que el “Prestige” “no fuese hacia la costa por el descomunal daño medioambiental que podía causar”.
Además, consideró que el proceder del capitán del “Prestige”, Apostolos Mangouras, no contribuyó a agravar la situación por el retraso en tomar el remolque que le exigían las autoridades españolas ya que reclamaba hablar con su armador antes de tomar cualquier decisión.
No obstante, precisó que echó de menos una actitud “más proactiva” en su colaboración con las autoridades españolas.
En este punto recordó que los capitanes de la marina mercante “están obligados” a seguir las ordenes del Estado ribereño según marca la legislación.
llenado de tanques
En otro momento de su declaración Nogueira calificó de “barbaridad” la maniobra de llenar varios tanques del “Prestige” con agua de mar para corregir la escora que sufrió el petrolero tras zozobrar porque “estructuralmente dañó mucho el barco”, aunque a continuación reconoció que “desde el punto de vista náutico” era la “única posibilidad” para que el capitán “tuviera tiempo para pensar”.
“Con esa maniobra el capitán puedo adrizar el barco y preocuparse de otras cosas”, remarcó el exalto cargo de Fomento pese a reconocer que el buque “no quedaba en las mejores condiciones” por el daño estructural.
Añadió que, tras analizar los riegos y optar por el alejamiento del barco, se decidió llevarlo a 120 millas de la costa porque, explicó, era una distancia “razonable” pensando en el rescate de los tripulantes de a bordo.
Nogueira defendió las decisiones adoptadas por las autoridades marítimas durante las primeras horas de la crisis tras zozobra en medio de un temporal a las 15.15 horas del 13 de noviembre de 2002 para salvaguardar los intereses españoles, y aseguró que “no se hizo nada negligentemente”.