La última plataforma flotante del pionero proyecto WindFloat Atlantic, construida en los astilleros de Navantia Fene, partió ayer del puerto exterior de Ferrol rumbo a Portugal. Esta tercera unidad, que al igual que las anteriores está siendo transportada ya ensamblada, será instalada a veinte kilómetros de la costa de Viana do Castelo, donde las otras dos plataformas ya se encuentran operativas, en el que es, por el momento, el primer y único parque eólico semi-sumergido del planeta.
Este proyecto, que se completará con el acople al sistema de amarre y la conexión a la red eléctrica de esta tercera unidad, ha sido desarrollado por el conglomerado Windplus. Se trata de una entidad de propiedad conjunta de EDP Renováveis –en un 54,4%–; Engie (25%); Repsol (19,4%); y, finalmente, Principle Power (1,2%). De hecho, según detalló la propia Windplus, esta iniciativa ha sido posible “gracias al apoyo de instituciones públicas y privadas”, entre las que destacan el Gobierno de Portugal, la Comisión Europea o el Banco Europeo de Inversiones.
Un millón de toneladas de CO2
La iniciativa WindFloat Atlantic no solo es un hito por permitir la instalación de aerogeneradores en profundidades hasta ahora inaccesibles para la eólica marina, sino además por su capacidad energética.
Estas plataformas semi-sumergibles permitirán el uso de generadores más grandes, lo que supone un mayor ahorro y menores emisiones. En este caso, las tres unidades emitirán un millón de toneladas menos de CO2 a la atmósfera, al tiempo que proveerán de energía a 60.000 hogares durante un año.