A poco más de un mes de la fecha en la que comenzaría la temporada de playas, las incógnitas son demasiadas para que desde el área de Seguridade, que dirige el edil Germán Costoya, se sepa ya cómo se va a enfilar el verano. Por lo de pronto ayer mismo se retomaba el concurso para el suministro de casetas de socorrismo para aquellos arenales que no disponen de instalación fija –Santa Comba, Ponzos, Esmelle, Doniños, A Graña y Caranza– y cuyos plazos se habían interrumpido con el estado de alarma. Ahora, el nuevo período de presentación de ofertas está abierto hasta el día 18 y el importe es de algo más de 9.200 euros.
Pero aunque la infraestructura esté lista, el área de Seguridade, que dirige el edil Germán Costoya, tiene ahora las miras puestas en las posibilidades que haya de contar con el número necesario de socorristas para las playas.
En este sentido, Costoya explicó que la idea es prestar el servicio desde el Concello, como el año anterior, si bien a la escasez habitual de profesionales –se ofertan más plazas que socorristas–, se sumará este año la incertidumbre de cómo estará la demanda de este trabajo temporal. Así, Costoya recordó que los alumnos del curso del Rodolfo Ucha hacían prácticas al finalizar las clases y con la subvención de la Xunta también se incorporaba al servicio, pero ahora no tienen constancia de que vaya a ser así ni de cómo acabará el curso. Tampoco se sabe si Cruz Roja llevará a cabo su curso de capacitación, por lo que no cabe más que esperar un poco, aunque la intención es realizar los contratos como el año pasado así como las pruebas de socorrismo, ya sea vía virtual o presencial en la parte teórica.
Dimensiones y mar abierto
El edil de Seguridade insistió en que la disponibilidad de socorristas marcará la duración de la temporada, ya que hay que garantizar la prestación de vigilancia. De todos modos, parece obvio que el 15 de junio no comenzará, como en anteriores ocasiones, pero sí se espera tener todo dispuesto para cuando se publiquen en el BOE las disposiciones concretas referidas a las playas.
Sobre cómo habrá que acudir a estas y qué medidas serán las adoptadas, el concejal Germán Costoya explicó que los arenales ferrolanos son, mayoritariamente, de grandes dimensiones, lo que supone una ventaja en cuanto a la posibilidad de poder mantener el distanciamiento social estipulado del que se está hablando actualmente, pero también puede ser un inconveniente en cuanto a que se necesita ampliar la vigilancia al no estar el espacio acotado en una zona concreta y para eso hay que contar con personal. Costoya indicó que no se reducirán socorristas, pero que depende de la oferta de profesionales que haya que se cubran o no las plazas necesarias. Asimismo, otros equipos de vigilancia se han estado centrando en otros trabajos vinculados con la pandemia y el edil espera que con el avance de las fases se puedan dedicar efectivos a estas medidas para poder organizar definitivamente la temporada de playas.
Germán Costoya espera a que, según se vaya avanzando en la disposiciones generales, se sepa si hay que adoptar alguna medida más o simplemente es suficiente con el distanciamiento social en los arenales como sucede ya en el medio urbano.
Lo importante, dijo Costoya, es “ter todo encamiñado para que cando as administracións dicten as medidas, teñamos todo listo para poder oferecer o servizo”. l