Los precios cayeron un 0,7% en abril en tasa anual, la más baja desde junio de 2016, lastrados por el descenso de los carburantes. En el lado contrario subieron los alimentos, sobre todo los frescos, en pleno confinamiento por la pandemia del Covid-19.
Según el indicador adelantado publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en abril en el -0,7% en tasa interanual, siete décimas menos que en marzo, cuando fue del 0,0 % y en negativo por primera vez desde el verano de 2016.
El peso de los carburantes –que en abril del año pasado subían frente a las fuertes caídas de este año– ha sido determinante en esta evolución dado su peso en un índice marcado por los efectos de la pandemia del Covid-19 en la economía, con el desplome del crudo, y cambios en el consumo de hogares por el confinamiento.
Así, el INE explica que en la inflación de abril muchos productos y servicios no han estado a la venta (restaurantes, hoteles o vuelos) y que todos los precios se han tenido que recoger de forma telemática. Además, y ante la situación de confinamiento, se han elaborado dos agregaciones especiales en las que se recoge la evolución específica de los bienes y servicios que más se han seguido consumiendo.
El primero, incluye los productos de alimentación, bebidas, tabaco, limpieza del hogar, comida para animales y cuidado personal que subieron un 3,2% en abril, un punto más que en marzo.
Dentro de este apartado, el INE destaca la alimentación, cuya tasa anual pasa del 2,5% al 4%, y dentro de ella el alza de los alimentos frescos cuya tasa anual sube tres puntos, hasta el 6,9%, mientras que los envasados suben seis décimas, hasta el 2,2%.
El segundo grupo incluye servicios como alquiler de vivienda y garaje, agua, recogida de basuras, electricidad, gas, telecomunicaciones, seguros o comisiones bancarias cuyos precios caen en abril un 4,3 por ciento, más de un punto por debajo de la registrada en marzo.