“La esgrima me ha dado muchas recompensas y satisfacciones”

“La esgrima me ha dado muchas recompensas y satisfacciones”
Amado, durante su entrenamiento de ayer j,. meis

 

Cuando practicaba tenis en A Malata vio un cartel del club Tres Armas anunciando sus actividades de esgrima. Probó y... ¡hasta ahora!. De eso hace ya cinco años y en este tiempo Clara Amado no solo se ha convertido en una de las figuras más prometedoras de la esgrima gallega, sino que ha aprendido a disfrutar como nadie de una disciplina mucho más exigente de lo que la gente piensa pero que le ha devuelto con creces el tiempo y el esfuerzo invertidos: “La esgrima me ha dado muchas recompensas y satis– facciones tanto a nivel personal como deportivo”, sentencia.
La última, por el momento, la posibilidad de acudir a su primera prueba internacional con motivo del ranking europeo de categoría cadete. Una cita que la llevará este fin de semana a Pisa en una etapa más de una carrera deportiva corta, con mucha proyección y que planifica cuidadosamente junto a su técnico, Emilio Rilo, para que dé los frutos esperados.
La competición italiana no puntúa para el ranking continental, pero sí que le permitirá posicionarse mejor en la clasificación interna de la Federación Española, esa que espera ir poblando de puntos para, de cara al próximo año, en su segunda temporada cadete, conseguir la clasificación para una cita internacional de primera magnitud como es el Campeonato de Europa.

Mejorar
Mientras tanto, toca aprender, bregarse y ganar experiencia en una temporada complicada, pues acaba de completar su tránsito a categoría cadete. Hasta el momento, sus innatas condiciones le han permitido destacar en grupos de menor edad, pero ahora, como ella explica, “no llega con hacer algo bien para estar arriba. Ahora tienes que mejorar en todo y tener un abanico más amplio de condiciones y recursos”. También las que hasta ahora han sido sus rivales han ido creciendo como deportistas y eso también es un factor que la motiva: “Veo que ellas mejoran y para hacerlo yo también tengo que trabajar más”.
Ese nuevo escenario la obligó a hacer una apuesta fuerte el pasado verano y, desde septiembre entrena más tiempo –como mínimo, seis horas con el florete y cuatro en el gimnasio–, se “mete más caña” y acude a un mayor número de pruebas.
Las primeras recompensas ya han llegado y en el último ranking nacional disputado el pasado fin de semana en Madrid se encontró realmente cómoda ante adversarias más experimentadas. En Italia espera ahondar en esa línea, “sin presión, porque voy solo a dar lo mejor de mi, a ganar experiencia, a aprender...”, pero también poniéndolas en aprietos, “porque mi intención es la de estar ahí, la de competir”.
Unas palabras en las que se vislumbra el exigente carácter de esta joven que, además de practicar esgrima, cursa cuarto de la ESO y cuarto curso del grado profesional de música. “Soy muy competitiva”, reconoce... “¡también un poco bruta!”, bromea, “y la esgrima me ayuda a descargar tensión, también a llevar una vida sana”, explica no sin advertir de que se trata de un deporte psicológicamente exigente y “de largo recorrido, en el que hay que trabajar a largo plazo para conseguir técnica, flexibilidad y rapidez, pero también tener la mente fría”.

“La esgrima me ha dado muchas recompensas y satisfacciones”

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