Las tragedias marítimas no abandonan Galicia en el comienzo del año

Las tragedias marítimas no abandonan Galicia en el comienzo del año

Que Galicia es una tierra con un mar lleno de vida pero también de muerte se ha vuelto a comprobar en este recién estrenado 2015, con tres tragedias, un hombre de 56 años que murió  ayer ahogado en Marín tras caer al mar desde una gabarra y un marinero jubilado fallecido el pasado sábado en un naufragio en Malpica, el mismo día que un pescador deportivo era arrastrado por una ola en la cala coruñesa de Bens.

En seis días de enero, dos víctimas. Este es el balance de un año que solo acaba de empezar, pero que se estrena igual que acabó 2014, con accidentes mortales en unas gélidas aguas que suponen para los gallegos un medio de vida pero que no dejan de ser peligrosas cuando algo se tuerce.

El pasado 3 de enero murió en el municipio coruñés de Malpica un hombre jubilado, vecino de esa localidad costera y que viajaba en una embarcación dedicada a la pesca deportiva.

No iba solo en la embarcación, pero en este caso la suerte supo estar del lado acertado.

Los otros tres tripulantes que viajaban con el fallecido fueron rescatados ilesos y trasladados a tierra firme para intentar esclarecer los hechos.

La embarcación, de unos seis metros de eslora y de fibra, quedó con la quilla al sol y los tres supervivientes fueron rescatados en las denominadas Pedras de Malantes, en las Islas Sisargas.

El otro hombre, de 56 años y de nacionalidad británica, falleció en la madrugada de ayer tras caer al agua desde la gabarra GPS Badler, con la que operaba en las proximidades del puerto de Marín, en Pontevedra.

Cuando los servicios de emergencia localizaron a la víctima, que responde a las iniciales M.S., ya estaba sin vida, y se baraja la posibilidad de que el hombre cayese al mar tras saltar de la draga al muelle.

No obstante, si este 2015 empieza así, el 2014 no se despidió de mejor manera, sino con otra tragedia. Se trata del naufragio del “Paquito Número Dos”, una embarcación de 18 metros de eslora, con puerto base en Cabo de Cruz –en el municipio coruñés de Boiro–, y que desapareció hace casi tres semanas con tres tripulantes a bordo.

Por el momento, solo fue encontrado sin vida el cuerpo del patrón, a cuatro millas al norte de la isla de Sálvora, mientras que el bateeiro permanece hundido a unos 36 metros de profundidad en las inmediaciones del conocido Faro de Corrubedo y con los otros dos tripulantes aún desaparecidos.

El dicho “naces, creces, vives al lado del mar, faenas en él y de él te enamoras de tal forma que se mete en tus entrañas. Lo amas. Es tu vida”, evidencia un marcado idilio que, en ocasiones culmina, con un resultado lúgubre.

La comunidad gallega sabe bien de ese aforismo en historia que dice que la civilización cabalga sobre las olas.

De hecho, se puede decir que todas las culturas importantes de Europa, desde la Roma de Julio César, han cruzado las Islas Atlánticas en algún momento y han dejado su huella involuntariamente a través de naufragios y otros percances.

Se calcula que casi el ochenta por ciento de los marineros que pierden la vida cada año en España son de Galicia.

Además, el mar tarda tiempo en devolver los cuerpos que se lleva en los naufragios. El 28 de diciembre, un hombre de 60 años acudió al a zona de O Portiño, en A Coruña, con un amigo para echar el anzuelo y le alcanzó un golpe de mar que los arrojó a los dos al agua.

El amigo de la víctima sabía nadar bien y consiguió chapotear hasta poder aferrarse a una boya. Consiguió incluso aferrar al otro pescador, pero se le escapó de entre los dedos y solo pudo quedarse allí, hasta que lo rescató un testigo alertado por sus gritos de desesperación que, por fortuna, tenía una lancha atracada cerca.

Su amigo desapareció en el océano y a día de hoy, su cuerpo no ha aparecido. “Aquella vez había mar bastante revuelta pero quizá hubiera podido salvarse si hubiera llevado un chaleco”, comentan los expertos.

Las tragedias marítimas no abandonan Galicia en el comienzo del año

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