9º-13º
viernes | 26 abril | 2024
El patrullero de altura “Atalaya” (P-74), con base en la Estación Naval de A Graña, partió ayer de la ciudad naval rumbo a una nueva misión de vigilancia por aguas del sur de la península. Según detalló la Armada, el navío centrará su labor hasta finales de mes en aguas de soberanía española, así como en la reserva marina de Alborán y en el área de peñones del norte de África.
Además de labores de seguridad, el patrullero se dedicará a la protección del patrimonio arqueológico protegido español, así como el control de la pesca en aguas nacionales. Desde la propia Armada se apuntó que en la “difícil situación” en la que se encuentra no solo el país, sino todo el mundo, ha llevado a que España se encuentre “inmersa” en una tesitura “inédita”, por lo que resulta indispensable “el máximo rigor y disciplina para afrontarla con éxito”.
Es por ello que, desde las Fuerzas Armadas, se quiere visibilizar que “continúan trabajando de manera constante para garantizar la seguridad y protección de los espacios marítimos de interés nacional”, tanto mediante operaciones en el exterior como patrullando las aguas españolas.
Por el momento se desconoce la duración que tendrá esta misión, más allá de extenderse hasta “finales de mes”. La última vez que el navío partió de Ferrol fue el pasado mes de agosto de 2019, cuando tomó el relevo del “Serviola” en una misión de larga duración por aguas del golfo de Guinea y a lo largo de la costa occidental de África.
En aquella ocasión, el patrullero permaneció desplegado hasta diciembre. No obstante, la pandemia de coronavirus ha llevado a paralizar temporalmente parte de las operaciones en las que participa España, por lo que esta misión supone un retorno a la actividad normal para la Armada.
Esta clase de maniobras de larga duración, además, permiten la participación en ejercicios de coordinación internacional como el Grand Nemo, esenciales en la preparación para labores como las que desarrolla a día de hoy.
