El coronavirus ha puesto el mundo patas arriba. Todos los ámbitos se han visto resentidos, por lo que los gobiernos también han visto cómo sus fuentes de ingresos se han reducido.
Sin embargo, también nos encontramos en una situación en donde los estados necesitan gastar grandes cantidades de capital, como en el caso de España con los ERTE. Es por eso que mucha gente se hace la misma pregunta: ¿cómo se financian los gobiernos?
Es una de las formas más sencillas para financiar la diferencia entre los ingresos y los gastos. Sin embargo, no todos los países tienen la facultad exclusiva de hacerlo. En el caso de España, es el Banco Central Europeo (BCE) el que decide si aumenta la producción de euros o no.
Sin embargo, esta opción acarrea una serie de desventajas. La inflación es una de las causas de poder más dinero en circulación, ya que merma el valor del dinero que hay en el mercado. Como consecuencia, los bienes y servicios tienden a aumentar su precio.
Además, uno de los efectos más perjudiciales que tiene la emisión de dinero para el financiamiento del déficit es que este puede alcanzar unas cotas insostenibles, por lo que hay muchos países que han decidido prohibirlo o solo permitirlo en circunstancias muy determinadas.
Otra opción que tienen los gobiernos a su alcance es la de subir impuestos, ya que la recaudación de estos es una de las fuentes de recursos más importantes que tienen.
No obstante, el subir las tasas impositivas puede tener una serie de consecuencias negativas para la economía. Al verse las familias con menos ingresos debido a la subida de impuestos, estas tienden a comprar menos bienes o a adquirir pocos servicios. Como consecuencia, las empresas van a vender menos, lo que a la larga reducirá la producción y el número de puestos de trabajo que necesiten.
Es por eso que en algunos casos la subida de impuestos puede hacer caer la producción y generar más desempleo. Y, al final, puede que haya menos recaudación, por lo que no se van a conseguir el dinero que se necesitaba.
Siguiendo el punto anterior, el estado puede recaudar más si se potencian sectores en donde se recaudan muchos impuestos.
Por ejemplo, el sector de los juegos en línea es un mercado en plena expansión, que aporta una buena cantidad de dinero en impuestos. Los gobiernos pueden tratar de regular estos sectores para obtener más impuestos y así obtener la financiación que necesitan.
También pueden empezar proyectos en otros sectores que, a la larga, les pueden reportar más beneficios que la inversión hecha.
Otra de las opciones que tienen los gobiernos es la de pedir prestado tanto a familias, como a empresas u otros agentes del país. Una de las formas más conocidas de hacerlo es a partir de los bonos gubernamentales, que ofrecen unas tasas de interés normalmente buenas. Además, cuentan con otras condiciones atractivas como el hecho que, por lo general, los estados son buenos deudores (por ejemplo, en Europa es muy extraño que un país entre en bancarrota y no pueda pagar sus deudas).
Una de las ventajas que tiene la generación de deuda pública es que ayuda a reducir el efecto negativo de la inflación por emisión.
Sin embargo, también acarrea una serie de problemas. Uno de ellos es que, al tener que atraer a compradores con una tasa de interés atractiva, el gobierno se verá obligado en el futuro a pagar estos intereses. Es decir, tendrá que pagar el dinero que le prestaron más los intereses que se crearon con este. De esta manera, es posible que solo se esté trasladando la deuda de hoy a mañana; o dicho de otro modo, no se acaban de resolver los problemas, sino que se dejan para el futuro.
Otro de los inconvenientes es que, dado que los recursos son limitados, en el momento en que el gobierno consigue recursos de los bancos privados o de las personas, los anteriores se dejan de utilizar para proyectos sociales o inversiones a empresas, lo que en el futuro puede resultar en un menor crecimiento de la economía.
Otro de los problemas de la deuda pública es que puede crear déficit a largo plazo, ya que las deudas en el futuro pueden ser más grandes que los beneficios obtenidos. Algo que intentan evitar gobiernos, empresas y otro tipo de instituciones es que la deuda alcance niveles insostenibles y que, al final, afecte de forma considerable a la salud económica de un país.