El Elche afronta una semana clave para su futuro inmediato a nivel social, institucional y deportivo ya que además de estar pendiente de la resolución de su recurso para continuar en Primera, el club ha convocado una manifestación multitudinaria de respaldo al equipo y, a la vez, debe comenzar a planificar la parcela deportiva para la próxima temporada.
La entidad ilicitana, descendida administrativamente a Segunda el pasado 5 de junio por el impago del pago de su la deuda con Hacienda, ha elaborado un recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), cuya resolución, tras conocer que no le será concedida la suspensión cautelar, espera para finales de la próxima semana.
El club, que adjuntó al recurso el certificado de pago positivo con la Agencia Tributaria, fundamenta su defensa en la desproporción de la sanción y en jurisprudencia existente en la que se declara que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) no es competente para imponer sanciones fuera del ámbito deportivo.
Paralelamente, y como medida de presión y demostración de apoyo y fuerza, el Elche ha organizado de la mano del Ayuntamiento de la ciudad una manifestación multitudinaria para el próximo 2 de julio que recorrerá las principales avenidas de la localidad para demostrar el apoyo masivo de una ciudad y una provincia al equipo ilicitano.
Desde el club se está haciendo fuerza para involucrar al mayor número posible de aficionados, ya que se compara esta manifestación con la que en su día llevaron a cabo las aficiones de Sevilla y Celta en agosto de 1995 y que evitaron el descenso administrativo de ambas entidades.
Pero la actividad del club ilicitano en las próximas fechas no se limitará solo a las gestiones administrativas, sino que también será determinante en cuanto a la planificación deportiva, ya que el Elche se quedó huérfano tras la reciente salida de la entidad del director deportivo, Víctor Orta, el secretario técnico, Emilio Vega, y de su entrenador, Fran Escribá.
El club, de la mano de una comisión deportiva, ya ha comenzado a buscar un nuevo inquilino para el banquillo con independencia de la categoría.