Miles de personas se manifestaron ayer en varias localidades de Galicia para reclamar igualdad, una mejora salarial y pensiones dignas en un Primero de Mayo en el que los sindicatos volvieron a ir por separado.
Los sindicatos escogieron Vigo para sus actos centrales, a los que han acudido sus secretarios generales, al igual que los líderes de los partidos de la oposición en el Parlamento de Galicia: Luís Villares (En Marea), Gonzalo Caballero (PSdeG) y Ana Pontón (BNG).
Todos coincidieron en denunciar las políticas del PP y la situación de precariedad y en demandar que la recuperación económica revierta en el conjunto de la sociedad.
Como ya es tradición, en la manifestación en Vigo desfilaron por un lado UGT y CCOO, por otro, la CIG, y luego, CUT, CGT, CNT, STEG, Intersindical y Prosagal, que fueron los primeros en iniciar la marcha del Primero de Mayo.
En esta ocasión, tuvieron especial protagonismo las reivindicaciones de los pensionistas, de colectivos feministas y de plataformas contra desahucios de viviendas.
La jornada estuvo marcada por el anuncio del secretario general de CIG, Paulo Carril, de una convocatoria de huelga general para el próximo 19 de junio, y que respaldó la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. Al respecto, el secretario general de CCOO en Galicia, Ramón Sarmiento, comentó que hay motivos para “una movilización creciente por parte de todos los trabajadores”. Ahora bien, matizó que “todos los ingredientes de la actual crisis, o la mayoría, tienen un componente estatal”, y que por ese motivo todas las organizaciones sindicales están emplazadas a “abrir un proceso de movilización que cambie las políticas de este país”.
Sarmiento abundó en que “el componente de una huelga general en el conjunto del Estado tiene que estar presente dentro de una estrategia global”, y en este marco, CCOO pide que “las respuestas” sean consensuadas entre los sindicatos y las fuerzas de izquierda en el conjunto del país.
Su homólogo en UGT en Galicia, José Antonio Gómez, recalcó que este Primero de Mayo debe ser “un punto de inflexión” para cambiar las políticas económicas y laborales que “condenan a la inmensa mayoría” de la población “a la pobreza y la precariedad”.
“Trabajar sin salir de la pobreza”
Gómez censuró el hecho de que tener un trabajo ya “no sirva para salir de la pobreza”, por lo que “mucha gente” no haya tomado nota del “grito unánime” del 8 de mayo en favor de la igualdad, y ha denunciado los “parches electoralistas” del Gobierno en materia de pensiones.
Así, hizo un llamamiento al “diálogo” para avanzar en todos estos frentes, y si no se produce ha advertido de que “las movilizaciones se incrementarán” y, seguramente, quedará por delante “un año muy caliente”.
En el manifiesto leído tras la marcha, los sindicatos UGT y CCOO denunciaron que la desigualdad y la pobreza “han alcanzado niveles superiores” a los de antes de la crisis, y criticaron que, pese al crecimiento de la economía gallega, las mejoras no llegan a los bolsillos ni a las condiciones laborales de los trabajadores.
Así, señalaron desde las centrales el incremento de los contratos temporales y a tiempo parcial o de la brecha salarial; los niveles “mínimos” de protección a desempleados; las “fórmulas abusivas” de organizar el tiempo de trabajo; o el aumento de la siniestralidad laboral.