Seis años después de que echasen andar en Caranza las huertas comunitarias urbanas, entre 30 y 35 personas utilizan una superficie de 5.000 metros cuadrados para sus plantaciones de productos de temporada –judías, tomates, lechugas, pimientos, nabicol, etc– a escasos metros del Camino inglés a su paso por el barrio ferrolano. Su trabajo, que no cuenta con otro apoyo de las administraciones que la ocupación de terrenos del Concello y Autoridad Portuaria, ha mejorado una zona abandonada, dividida ahora en parcelas para autoconsumo. Además, es un ejemplo de protección ambiental y aprovechamiento de recursos, ya que utilizan su propio abono –con composteros– e incluso el agua para regar sus parcelas, con la utilización de lluvia acumulada en el tejado de sus instalaciones, que completan con la que trasladan desde sus casas. Debido precisamente a la necesidad de agua para las plantaciones, han reclamado al Concello la instalación de una fuente pública en las inmediaciones de las huertas, en el paseo de Caranza, en pleno Camino Inglés, que serviría tanto para poder hacer uso de esas instalaciones para sus huertas como para consumo de los muchos viandantes que pasan por la zona.
La petición se ha plasmado en una recogida de firmas que ha alcanzado los 1.558 apoyos y que ayer se entregaron en el registro municipal del Concello. Se trata, además, de un compromiso que el alcalde había hecho a quienes trabajan las huertas en una visita realizada hace ya tres años a este espacio.
Alternativas
Como explicó André Martínez, uno de los portavoces de esta comunidad, no existe ninguna fuente entre el parque Carmelo Teixeiro y el Conservatorio, ya que las dos existentes están entre la playa y la caseta del arenal y en las inmediaciones del Montón, por eso, muchos ciudadanos reclaman la nueva fuente pública, que ya fue solicitada por esta comunidad hace seis meses, pero que, al no tener respuesta, ha intentando recabar apoyos hasta superar el millar y medio.
La búsqueda de alternativas medioambientales al macroconsumo de agua con el aprovechamiento de los pluviales va más allá de su uso individual y así han hecho llegar también al Concello una propuesta piloto para la recogida de agua de lluvia en otoño en los tejados de edificios que pasaría a unos tanques y que permitiría ser aprovechada para el riego de parques, limpieza y baldeado de calles.
La comunidad de las huertas urbanas de Caranza considera que es necesario tener en cuenta el cambio climático y empezar a tomar medidas no solo desde el punto de vista particular sino desde las administraciones, para conseguir un Ferrol “máis sostible”, explica André Martínez.
La iniciativa, al igual que la recogida de firmas, fue dada a conocer ayer al concejal de Servizos, Luís Victoria, al que también se invitó a visitar la zona. El edil se mostró “receptivo” ante ambas peticiones, si bien no se comprometió a actuaciones en firme.
El sistema de saneamiento de la ciudad, que no separa aguas fecales de pluviales a la hora de ser tratadas, impide actualmente el aprovechamiento, como se hace en otras ciudades europeas, del agua de la lluvia, por eso el planteamiento formulado desde la comunidad de huertas urbanas sería un buen inicio, apuntan.
Además, podría exportarse a otros barrios, del mismo modo que el concepto de los huertos urbanos, que solo existe, en la ciudad naval por el momento, en el barrio de Caranza. l