No pudo ser y, como el año pasado en Lloret, el Liceo cayó en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona, esta vez en Reus.
Los verdiblancos plantearon un partido muy serio ante el cuadro azulgrana. La primera parte se caracterizó por el ritmo lento, las posesiones largas y el acierto de los porteros, con lo que al descanso se llegó con empate a cero (0-0).
Lo más interesante (y lo peor para el Liceo) llegó en la segunda parte. Esa mezcla de ‘mala suerte+calidad del rival+decisiones arbitrales dudosas en contra’ que muchas veces aparece cuando enfrente está el poderoso equipo de la Ciudad Condal.
A los tres minutos de la reanudación, Pau Bargalló abrió el marcador en un disparo no exento de fortuna. Llegaron minutos un tanto locos, con oportunidades en ambas porterías pero sin más goles. Hasta que en el minuto 34, una combinación de Joao Rodrigues y Marc Gual permite al de Sant Sadurní colocar el 0-2.
Justo después Juan Copa solicita tiempo muerto. Tras él, el Liceo se armó de paciencia y esperó su momento.
Al palo
La oportunidad más clara la tuvo Carlo di Benedetto, que estrelló la bola en el marco de la portería de Egurrola, en el 41. En ese mismo minuto, Marc Coy cae en el borde del área (¿o dentro?) en una jugada muy dudosa que los árbitros sancionan con falta fuera. Pero sí pitaron penalti poco después en el otro lado de la cancha, en una todavía más dudosa falta de Martín Payero a Joao Rodrigues. El portugués lanzó y paró Malián, pero en el rechace puso el 0-3.
Y sin tiempo para reaccionar, Pablo Álvarez culminó un contragolpe para sentenciar en el minuto 43 (0-4). De poco sirvió el tanto de Martín Payero en el último minuto, que cerró esta nueva derrota encajada frente al Barcelona.
La única alegría para el hockey gallego fue ver al coruñés del Barcelona, Ignacio Alabart, lograr un nuevo título para su palmarés.
Ahora al Liceo le toca centrarse en la OK Liga y en intentar poner al Barcelona las cosas lo más difíciles posibles, empezando por la visita del Vic del próximo domingo.