La rotura de un tanque de cloro de la piscina municipal de Caranza provocó que más de 800 litros del producto terminasen vertiendo en la ría de Ferrol. Según explicaron fuentes municipales, el cloro fue rebosando por un desagüe que, creen, puede desembocar lejos de la costa.
Aunque se desconoce el momento exacto en que se pudo producir la fuga, los operarios se percataron del incidente ayer por la mañana, cuando se encontraron con el depósito del cloro, que había sido rellenado este viernes, completamente vacío.
Dada la toxicidad del producto y las dimensiones del tanque, Augas de Galicia envió a técnicos a realizar un muestreo para determinar si existe alguna concentración en algún punto concreto. También habrá que determinar si esto puede elevar la mortandad de las especies marinas de la zona.
en manos del concello
Los responsables municipales fueron alertados del suceso a primera hora de la tarde de ayer y aseguraron que ya se encuentran trabajando para determinar las causas del incidente y elaborar un informe al respecto.
Precisamente, el gobierno anunció en el último pleno que finalmente la Xunta les había otorgado la autorización para poder gestionar el mantenimiento de la piscina, hasta ahora en manos de la administración autonómica. De hecho, ya existe una partida presupuestada para arreglar un problema con la caldera.
Tras este incidente, el consistorio tendrá que hacer frente a una nueva inversión. Desde el Concello avanzaron que estudiarán la posibilidad de instalar un nuevo depósito de máxima seguridad con doble pared y volverán a realizar una comprobación de todos los elementos para extremar la precaución.
Además, lamentaron que un ecosistema marino tan dañado como la ría de Ferrol tenga que sufrir un accidente de este tipo.
Habrá que esperar a los informes de la consellería do Mar para saber si se establece algún tipo de restricción a la pesca a flote durante los próximos días, en unas zonas que ya cuentan con unos elevados niveles de contaminación. n