Vanessa Ruedas Hurtado es una barcelonesa de 35 años que abandonó su ciudad natal después de sufrir malos tratos en su hogar familiar, una situación de violencia extrema que fue denunciada ante las autoridades pero está pendiente de juicio desde el año 2012. Desde allí, con sus hijos –una niña de 9 años y un niño de 12–, comenzó un auténtico peregrinaje por distintos puntos de España, buscando trabajo, dependiendo de la bondad de amigos para sobrevivir y solicitando ayuda de las instituciones públicas que, en estos momentos, se la deniegan completamente.
Los graves problemas económicos que sufría derivaron finalmente en una pérdida temporal de la custodia de los niños, que actualmente residen en el centro de menores Ferrol 1 departamental y cuyo posible traslado a la Ciudad Condal ha llevado a Vanessa a tomar una decisión a la desesperada. Así, esta madre anuncia que, si finalmente las autoridades deciden llevar a los niños a Cataluña, ella realizará a pie el Camino de Santiago a la inversa, desde Ferrol hasta Barcelona, para poder seguir cerca de sus hijos. Sin dinero, dependerá de nuevo de la ayuda de aquellos que pueda encontrar en el viaje y simpaticen con su causa. El argumento que da la Xunta para el traslado es que los menores estarían así cerca de su familia materna, a la que Vanessa está enfrentada judicialmente.
Pero la catalana no está sola. Así, cuenta con el apoyo del colectivo Madres Desesperadas, que se ha creado en internet y que pretende reunir a personas en situaciones similares de conflicto con las disposiciones relativas a la protección de menores. Este grupo quiere asimismo llamar la atención sobre las condiciones de este tipo de instalaciones y la indefensión que muchas familias sufren ante ciertas decisiones administrativas.